PRIMERA JORNADA
Los elegidos llegaron a Ulduar cruzando el portal de Pentagast y este les mostró las magnificencias del lugar. El Leviathan, un tanque creado por Mimiron salió a recibirles con fuego disuasorio pero estos consiguieron destruirlo y pasar al interior del patio.
Pentagast les explico que Ignis, el Maestro de la Forja, tenía la llave del templo de Ulduar, sin la cual no podrían entrar. Pentagast ya conocía a Ignis, pues esté, había forjado el anillo de los Nibeljorn. De camino a la Forja, dos enormes colosos igneos les impidieron el acceso y tuvieron que enfrentarse a ellos.
Los elegidos y Pentagast los doblegaron no sin dificultad y tras un duro combate, hasta que llegaron a la enorme forja de Ignis en el gran caldero. Ignis reconoció a Pentagast, este le pidió la llave del templo de Ulduar y le explico su cometido, pero Ignis no estaba seguro, había recibido ordenes de Loken de no dejar pasar a ningún mortal al interior de Ulduar y eso pensaba hacer, pero los elegidos se negaron a recibir un no por respuesta y se enfrentaron a Ignis.
Ignis comenzó a despertar a sus creaciones golems, mientras que seleccionaba a aquellos elegidos que mas le gustaban para trasformarlos también en golems. Los elegidos y Pentagast se enfrentaron a Ignis hasta la extenuación, hasta que debido a su perseverancia y valor, Ignis cambio de opinión y asumió que ningún mortal habría aguantado tanto dolor y sufrimiento si su motivo no fuera justo.
Ignis entrego la llave a Pentagast y se ofreció a crear armas a los elegidos a cambio de que estos le trajeran Acero de Titanes.
CONTINUARA...
Los elegidos llegaron a Ulduar cruzando el portal de Pentagast y este les mostró las magnificencias del lugar. El Leviathan, un tanque creado por Mimiron salió a recibirles con fuego disuasorio pero estos consiguieron destruirlo y pasar al interior del patio.
Pentagast les explico que Ignis, el Maestro de la Forja, tenía la llave del templo de Ulduar, sin la cual no podrían entrar. Pentagast ya conocía a Ignis, pues esté, había forjado el anillo de los Nibeljorn. De camino a la Forja, dos enormes colosos igneos les impidieron el acceso y tuvieron que enfrentarse a ellos.
Los elegidos y Pentagast los doblegaron no sin dificultad y tras un duro combate, hasta que llegaron a la enorme forja de Ignis en el gran caldero. Ignis reconoció a Pentagast, este le pidió la llave del templo de Ulduar y le explico su cometido, pero Ignis no estaba seguro, había recibido ordenes de Loken de no dejar pasar a ningún mortal al interior de Ulduar y eso pensaba hacer, pero los elegidos se negaron a recibir un no por respuesta y se enfrentaron a Ignis.
Ignis comenzó a despertar a sus creaciones golems, mientras que seleccionaba a aquellos elegidos que mas le gustaban para trasformarlos también en golems. Los elegidos y Pentagast se enfrentaron a Ignis hasta la extenuación, hasta que debido a su perseverancia y valor, Ignis cambio de opinión y asumió que ningún mortal habría aguantado tanto dolor y sufrimiento si su motivo no fuera justo.
Ignis entrego la llave a Pentagast y se ofreció a crear armas a los elegidos a cambio de que estos le trajeran Acero de Titanes.
CONTINUARA...