Durante los saqueos de los norteños en otras tierras, los exploradores encontraron un mapa en antiguo rúnico que parece señalar la tumba del legendario héroe nórdico conocido como Ragnar Lodbrokar, desde Soronholm, los Jarls del Pacto de Sangre, consideran prioritario recuperar sus restos y la reliquia que lleva consigo.
Escrita por el escaldo Snorri, para el clan Hardrada
Escrita por el escaldo Snorri, para el clan Hardrada
Se cuenta que hace muchos años, cuándo las estrellas eran diferentes, y nuestros antepasados eran aún altos cómo los árboles de la tierra que hoy hollamos con nuestros pies, nació bastardo e indigno, un niño al que su padre tan solo le dedicó su atención para bautizarlo a ojos de Eonar, la dadora de vida, cómo Ragnar. Éste joven hombre del norte, cuándo creció y se convirtió en guerrero, no adoptó el nombre de su padre para acompañar al suyo, si no que se apellidó cómo Lodbrokar. Encomendado cómo orgulloso guerrero del titán Tyr, y con una furiosa invectiva contra las demás razas del Techo del Mundo, Ragnar logró reunir un pequeño contingente de hombres y mujeres libres de los fiordos del este y marchó con éstos a las tierras norteñas de Gun'drak, dónde perdió nada menos que la mano, que fue cercenada y entregada en honor a los loas, por los trols del hielo, que se convirtieron en sus enemigos para siempre. El tullido Ragnar no desistió en su combate, y encargó al mejor herrero de la fortaleza de Soronholm una nueva mano, ésta vez de hierro. Ragnar se ató la mano de hierro al brazo, y a pesar de que no podía sujetar nada con ella, se ató un pesado escudo al brazo que le serviría de defensa contra los monstruos del Fiordo.
Fue en aquella época en la que conoció a una doncella, de nombre Aslaug, o Kraka, depende de la leyenda, hermosísima y terriblemente iracunda que le conquistó el corazón. Éste, con tal de ganarse su afecto, derrotó a todos sus pretendientes y le trajo los corazones humeantes de los trols que rondaban el lago que Aslaug solía frecuentar. Costó convencerla, pero con ella tuvo cuatro hijos, fuertes y rollizos todos ellos: Ivar 'el Sinhuesos', Björn 'Serpienteenelojo', Halfdan 'Camisablanca' y Ubbe, que murió de unas severas fiebres. Encabezando ahora un navío con cabeza de dragón que había obtenido en una apuesta - acerca de quién orinaba más lejos -, de nombre 'Tormenta de Oro', con sus cuatro hijos y un grupo de fieles empezó a saquear los condados del norte de los Reinos del Este, tras una larga y complicada travesía a través del Mar del Norte. Se dice que llegaron hasta el Reino de Stromgarde, donde unos guerreros pelirrojos, los 'hijos de Karl' los rechazaron, a un alto precio, hasta llegar al sureño reino de Ventormenta, encabezado por los últimos descendientes de los Arathi.
La vida de Ragnar Lodbrokar era brillante en aquellos tiempos, y tan confiado estaba de su victoria contra un conde de aquél pérfido Reino que se atrevió a saquear su castillo. El conde, de nombre Aelle, lo logró capturar en una falsa entrevista, con la bandera blanca, y lo arrojó a una fosa repleta de serpientes, donde Ragnarr murió. Sin embargo, sus cuatro hijos le sobrevivieron y le vengaron, logrando escuchar sus últimas palabras: "¿Habéis gruñido ante la muerte del viejo jabalí, eh, cachorros?".
Ragnar Lodbrokar fue enterrado en aquellas tierras, por la prisa de sus hijos al oír noticias de que las tropas de los Arathi llegaban por el camino este del Reino. Y aún están sus huesos ahí, mi señor, esperando la llamada de los Titanes en la batalla final.
DIA 1
Los norteños llegaron a la Cala de Faldir, en Arathi donde pudieron atracar su Drakkar y el Jarl Harald Ravencroft y su Hersir Alban Ravencroft ordenaron que se levantara un pequeño campamento mientras buscaban los restos de Ragnar Lodbrokar, junto algunos de los mas afamados guerreros del norte, tales como Sigurd Nibeljorn y Bjorn Hardrada.
Al subir por la colina hacia el interior de las Tierras Altas, fueron emboscados por bandidos, a los cuales lograron derrotar sin dificultad, sin embargo el último ya acorralado acciono el mecanismo de una trampa que tenían preparada y una enorme roca rodante se deslizo desde lo alto del paso entre las montañas contra los norteños que tuvieron que arrojarse por un acantilado hacía el mar para salvar la vida.
Tras el incidente se decreto que sería mejor aguardar a la siguiente jornada de la búsqueda y descansar ese desafortunado día, no parecía ser que la búsqueda fuera tan fácil como se vaticinaba.
¿Quien sabe que peligros aguardan en la Tierras Altas de Arathi?
DIA 2
Los exploradores y hersires del Drakkar limpiaron las colinas acabando con varios grupos de bandidos, para que la comitiva en busca de los restos de Ragnar Lodbrokar pudiera continuar su viaje.
Así pues, los norteños ascendieron las colinas donde encontraron a un extraño vagabundo que dijo ser actor y que estaría encantado en acompañar a los norteños en su aventura, alegando ser un gran cocinero y mejor compañia. Algunos refunfuñaron, pero al final aceptaron que el actor, que se dio a conocer como Jokar Valois, les acompañara, tomándolo por lo que ellos entendían como un escaldo.
Al salir del paso de las colinas y junto a la ciudad de Stromgarde, fueron detenidos por unos guardias arathorianos de la Alianza, que les confundieron con bandidos, ya que estos alegaban que muchas caravanas habían sido asaltadas en este paso. Tras negociar tensamente, finalmente el enano Ishanir, logro convencerlos y los nórdicos pudieron continuar con su cometido.
El mapa indicaba un lugar junto a Stromgarde, con una gran estructura monolitica donde habia un monolito central, que parecia grabado con escritura rúnica. Aunque deteriorada con la erosión del tiempo, consiguieron descifrar que Ragnar Lodbrokar habia pasado por allí y los escaldos que llevaba con él asi lo habian grabado en la piedra y que se dirigian a un lugar al norte conocido como Sentencia, y que algunos no entendieron como un lugar sino como la condena y trampa que acabo con Ragnar Lodbrokar.
Pese a la confusión pusieron marcha hacia al norte, pero tras unos pequeños riscos fueron sorprendidos por un grupo de bandidos que se hacian llamar "La banda del Clavo" y que habian escuchado sobre la fiereza de los norteños y sus saqueos, y les propusieron dar un golpe a las caravanas escoltadas ahora por los guardias. Hubo bastantes dudas, pero finalmente los norteños atacaron a los bandidos masacrandolos, una banda de poca monta. Pese a ello, consiguieron hacerse con algunas bolsas de oro que portaban.
Puestos nuevamente en camino, junto al Refugio de la Zaga, se pararon ante un cartel, donde ponía que se ofrecia una recompensa de 3000 monedas de oro a repartir a quien trajera vivo o muerto a un bandido del lugar conocido como Mick McMardigan, el hecho llamo la atención de los norteños que no obstante continuaron con su camino.
La Jarl Hildegard Valdrada bromeaba con el Jokar el actor, mientras que Harald estaba mas preocupado por desvelar los textos rúnicos de las piedras y el resto simplemente se mantenia alerta antes las adversidades del camino.
Encontraron otra agrupación de estructuras monoliticas y descifraron a duras penas otro mensaje grabado, que hacia referencia a Ragnar Lodbrokar y una cueva junto a Sentencia. La noche se cernió sobre la compañia y decidieron acampar junto a los monolitos, montando guardia, mientras Harald se devanaba los sesos tratando de sacar mas información de los textos grabados.
DIA 3
Tras pasar la noche en las estructuras monolíticas, Jokar el actor, preparo un gran festín, no sería bueno emprender el camino hacía las zonas colindantes a Sentencia con el estómago vacío.
Alban sugirió continuar con la marcha, a pocos metros encontraron a una mujer tirada sobre el camino, que parecía haber sido vejada de alguna manera y reclamaba ayuda de los norteños, diciendo ser una guardia del refugio de la Zaga asaltada por bandidos y que reclamaba que la llevaran hacia el refugio, pues se había torcido el tobillo y no podía caminar. Los norteños dudaron de la historia de la muchacha y esta les dijo que junto a un seto cercano encontrarían pruebas de dicho asalto y que se había arrastrado hasta el camino para ver si alguna patrulla la auxiliaba. El Jarl Ragnar Sigurdson Nibeljorn y el Jarl Harald Torfason Ravencroft fueron al seto a ver las pruebas mientras los demás se quedaron con la muchacha. En el seto, ambos Jarls fueron asaltados por bandidos que estaban tras el seto y consiguieron reducir a Ragnar golpeandolo fuertemente, sin embargo Harald se safo de estos y dio aviso a los demás de la trampa. La muchacha se levanto amenzando con un puñal que llevaba escondido a los demás y los nórdicos fueron asaltados. Sin embargo los norteños, acabaron raudamente con estos bandidos de poca monta a la par que saquearon sus pertenencias.
Continuaron su camino y encontraron un nido con huevos enormes, Jokar sugirió que servirían para hacer unas buenas tortillas, y cogieron los huevos aunque alguno de los mismos se rompió, poco después apareció la madre, un raptor más grande que los que solían pulular por aquellas tierras, los nórdicos sonrieron alegando que Thorim les traía rica carne para el menú y combinando sus ataques dieron pronta muerte a la bestia.
Con la alforjas llenas de oro y comida siguieron nuevamente su marcha, la cual les condujo ante un rastro de sangre que llamo su atención el cual se dirigía hacía un enorme árbol, donde encontraron un agujero bajo su corteza del cual emergieron decenas de tentáculos que atrajeron al interior del árbol a varios de ellos, tras un fiero combate contra aquella bestia que sin duda era alguna creación de los dioses antiguos, lograron acabar con la misma, donde Draiter Nibeljorn demostró su fiereza dando fin a la misma.
La marcha estaba siendo más abrupta y peligrosa de lo que esperaban, sin embargo vieron no muy lejos de allí otra construcción monolítica, donde pudieron descifrar en textos rúnicos algunos retazos de las gestas de Ragnar Lodbrokar y también algo sobre el tesoro de Azotha en la Vega de Tuercespina.
Aparcado pues los nuevos hallazgos, Sentencia se encontraba ya muy cerca y los norteños fueron sorprendidos por una patrulla formada por cuatro jinetes huargos de la Horda a la cual atacaron y defenestraron. Ocultaron los cadáveres de los mismos, confiando que las bestias del lugar borrarían los rastros y se dispusieron a rodear fuera del camino la ciudad de Sentencia, para evitar mas patrullas.
Durante el rodeo encontraron a un no-muerto que parecía buscar plantas por los alrededores. Se presento como un apotecario y acordaron acompañar a este a cambio de que les llevara a la cueva secreta donde suponian que estarian los restos de Ragnar Lodbrokar, una cueva que solo el apotecario conocía y que según este, estaba bajo el dominio de los Kobolds. El apotecario estaba interesado en entrar en dicha cueva pues en esta se encontraban unos extraños musgos que necesitaba para sus experimentos, así que les condujo hasta la cueva secreta, tras conducirlos por varios pasajes entre los desfiladeros.
Al llegar a la cueva, Jokar Valois, alegó que se quedaría fuera esperando, pues estaba muerto de miedo y ya habían sido demasiadas emociones. El apotecario y los norteños se adentraron en las profundidades oscuras de las cuevas, solo iluminadas por las velas de los Kobolds. Una pequeña patrulla Kobold sorprendió a los norteños, que antes de poder dar aviso al resto, fueron reducidos por estos, así los nórdicos continuaron adentrándose en la profunda cueva, hasta que llegaron a una zona donde desde lo alto una enorme roca callo sobre ellos, aunque la evitaron el impacto hizo que estos fueran derribados y un kobold arrojo dinamita sobre los mismos haciendo que esa galería fuera sepultada, Jokar tras el estruendo había entrado en la cueva para socorrer a los nórdicos que junto con el apotecario consiguieron salir de la misma, algo heridos y magullados.
Así pues, con la cueva sepultada finalmente, tuvieron que volver al norte con la promesa de regresar algún día por los restos de Ragnar Lodbrokar.
Los norteños llegaron a la Cala de Faldir, en Arathi donde pudieron atracar su Drakkar y el Jarl Harald Ravencroft y su Hersir Alban Ravencroft ordenaron que se levantara un pequeño campamento mientras buscaban los restos de Ragnar Lodbrokar, junto algunos de los mas afamados guerreros del norte, tales como Sigurd Nibeljorn y Bjorn Hardrada.
Al subir por la colina hacia el interior de las Tierras Altas, fueron emboscados por bandidos, a los cuales lograron derrotar sin dificultad, sin embargo el último ya acorralado acciono el mecanismo de una trampa que tenían preparada y una enorme roca rodante se deslizo desde lo alto del paso entre las montañas contra los norteños que tuvieron que arrojarse por un acantilado hacía el mar para salvar la vida.
Tras el incidente se decreto que sería mejor aguardar a la siguiente jornada de la búsqueda y descansar ese desafortunado día, no parecía ser que la búsqueda fuera tan fácil como se vaticinaba.
¿Quien sabe que peligros aguardan en la Tierras Altas de Arathi?
DIA 2
Los exploradores y hersires del Drakkar limpiaron las colinas acabando con varios grupos de bandidos, para que la comitiva en busca de los restos de Ragnar Lodbrokar pudiera continuar su viaje.
Así pues, los norteños ascendieron las colinas donde encontraron a un extraño vagabundo que dijo ser actor y que estaría encantado en acompañar a los norteños en su aventura, alegando ser un gran cocinero y mejor compañia. Algunos refunfuñaron, pero al final aceptaron que el actor, que se dio a conocer como Jokar Valois, les acompañara, tomándolo por lo que ellos entendían como un escaldo.
Al salir del paso de las colinas y junto a la ciudad de Stromgarde, fueron detenidos por unos guardias arathorianos de la Alianza, que les confundieron con bandidos, ya que estos alegaban que muchas caravanas habían sido asaltadas en este paso. Tras negociar tensamente, finalmente el enano Ishanir, logro convencerlos y los nórdicos pudieron continuar con su cometido.
El mapa indicaba un lugar junto a Stromgarde, con una gran estructura monolitica donde habia un monolito central, que parecia grabado con escritura rúnica. Aunque deteriorada con la erosión del tiempo, consiguieron descifrar que Ragnar Lodbrokar habia pasado por allí y los escaldos que llevaba con él asi lo habian grabado en la piedra y que se dirigian a un lugar al norte conocido como Sentencia, y que algunos no entendieron como un lugar sino como la condena y trampa que acabo con Ragnar Lodbrokar.
Pese a la confusión pusieron marcha hacia al norte, pero tras unos pequeños riscos fueron sorprendidos por un grupo de bandidos que se hacian llamar "La banda del Clavo" y que habian escuchado sobre la fiereza de los norteños y sus saqueos, y les propusieron dar un golpe a las caravanas escoltadas ahora por los guardias. Hubo bastantes dudas, pero finalmente los norteños atacaron a los bandidos masacrandolos, una banda de poca monta. Pese a ello, consiguieron hacerse con algunas bolsas de oro que portaban.
Puestos nuevamente en camino, junto al Refugio de la Zaga, se pararon ante un cartel, donde ponía que se ofrecia una recompensa de 3000 monedas de oro a repartir a quien trajera vivo o muerto a un bandido del lugar conocido como Mick McMardigan, el hecho llamo la atención de los norteños que no obstante continuaron con su camino.
La Jarl Hildegard Valdrada bromeaba con el Jokar el actor, mientras que Harald estaba mas preocupado por desvelar los textos rúnicos de las piedras y el resto simplemente se mantenia alerta antes las adversidades del camino.
Encontraron otra agrupación de estructuras monoliticas y descifraron a duras penas otro mensaje grabado, que hacia referencia a Ragnar Lodbrokar y una cueva junto a Sentencia. La noche se cernió sobre la compañia y decidieron acampar junto a los monolitos, montando guardia, mientras Harald se devanaba los sesos tratando de sacar mas información de los textos grabados.
DIA 3
Tras pasar la noche en las estructuras monolíticas, Jokar el actor, preparo un gran festín, no sería bueno emprender el camino hacía las zonas colindantes a Sentencia con el estómago vacío.
Alban sugirió continuar con la marcha, a pocos metros encontraron a una mujer tirada sobre el camino, que parecía haber sido vejada de alguna manera y reclamaba ayuda de los norteños, diciendo ser una guardia del refugio de la Zaga asaltada por bandidos y que reclamaba que la llevaran hacia el refugio, pues se había torcido el tobillo y no podía caminar. Los norteños dudaron de la historia de la muchacha y esta les dijo que junto a un seto cercano encontrarían pruebas de dicho asalto y que se había arrastrado hasta el camino para ver si alguna patrulla la auxiliaba. El Jarl Ragnar Sigurdson Nibeljorn y el Jarl Harald Torfason Ravencroft fueron al seto a ver las pruebas mientras los demás se quedaron con la muchacha. En el seto, ambos Jarls fueron asaltados por bandidos que estaban tras el seto y consiguieron reducir a Ragnar golpeandolo fuertemente, sin embargo Harald se safo de estos y dio aviso a los demás de la trampa. La muchacha se levanto amenzando con un puñal que llevaba escondido a los demás y los nórdicos fueron asaltados. Sin embargo los norteños, acabaron raudamente con estos bandidos de poca monta a la par que saquearon sus pertenencias.
Continuaron su camino y encontraron un nido con huevos enormes, Jokar sugirió que servirían para hacer unas buenas tortillas, y cogieron los huevos aunque alguno de los mismos se rompió, poco después apareció la madre, un raptor más grande que los que solían pulular por aquellas tierras, los nórdicos sonrieron alegando que Thorim les traía rica carne para el menú y combinando sus ataques dieron pronta muerte a la bestia.
Con la alforjas llenas de oro y comida siguieron nuevamente su marcha, la cual les condujo ante un rastro de sangre que llamo su atención el cual se dirigía hacía un enorme árbol, donde encontraron un agujero bajo su corteza del cual emergieron decenas de tentáculos que atrajeron al interior del árbol a varios de ellos, tras un fiero combate contra aquella bestia que sin duda era alguna creación de los dioses antiguos, lograron acabar con la misma, donde Draiter Nibeljorn demostró su fiereza dando fin a la misma.
La marcha estaba siendo más abrupta y peligrosa de lo que esperaban, sin embargo vieron no muy lejos de allí otra construcción monolítica, donde pudieron descifrar en textos rúnicos algunos retazos de las gestas de Ragnar Lodbrokar y también algo sobre el tesoro de Azotha en la Vega de Tuercespina.
Aparcado pues los nuevos hallazgos, Sentencia se encontraba ya muy cerca y los norteños fueron sorprendidos por una patrulla formada por cuatro jinetes huargos de la Horda a la cual atacaron y defenestraron. Ocultaron los cadáveres de los mismos, confiando que las bestias del lugar borrarían los rastros y se dispusieron a rodear fuera del camino la ciudad de Sentencia, para evitar mas patrullas.
Durante el rodeo encontraron a un no-muerto que parecía buscar plantas por los alrededores. Se presento como un apotecario y acordaron acompañar a este a cambio de que les llevara a la cueva secreta donde suponian que estarian los restos de Ragnar Lodbrokar, una cueva que solo el apotecario conocía y que según este, estaba bajo el dominio de los Kobolds. El apotecario estaba interesado en entrar en dicha cueva pues en esta se encontraban unos extraños musgos que necesitaba para sus experimentos, así que les condujo hasta la cueva secreta, tras conducirlos por varios pasajes entre los desfiladeros.
Al llegar a la cueva, Jokar Valois, alegó que se quedaría fuera esperando, pues estaba muerto de miedo y ya habían sido demasiadas emociones. El apotecario y los norteños se adentraron en las profundidades oscuras de las cuevas, solo iluminadas por las velas de los Kobolds. Una pequeña patrulla Kobold sorprendió a los norteños, que antes de poder dar aviso al resto, fueron reducidos por estos, así los nórdicos continuaron adentrándose en la profunda cueva, hasta que llegaron a una zona donde desde lo alto una enorme roca callo sobre ellos, aunque la evitaron el impacto hizo que estos fueran derribados y un kobold arrojo dinamita sobre los mismos haciendo que esa galería fuera sepultada, Jokar tras el estruendo había entrado en la cueva para socorrer a los nórdicos que junto con el apotecario consiguieron salir de la misma, algo heridos y magullados.
Así pues, con la cueva sepultada finalmente, tuvieron que volver al norte con la promesa de regresar algún día por los restos de Ragnar Lodbrokar.