Asaltos en las poblaciones costeras de Colinas Pardas y el Fiordo Aquilonal provocan que la Alianza de una recompensa a distintos grupos de mercenarios y aventureros por atajar el problema.
Varias hermandades se desplazan hasta Rasganorte, para capturar vivos o muertos a los asaltantes, por su parte los Hombres del Norte también se involucran en la contienda... pero estos no son simples piratas, un gran misterio rodea todo lo concerniente a estos asaltos.
Día 1
En todo Rasganorte se extendio el rumor de que tras la niebla un terrible Drakkar gobernado por espectros de los Kvaldir estaba sembrando el caos y la destrucción, el único superviviente que llego a Valgarde para contarlo, lo llamo "El Kraken". Alban Ravencroft, partió en su Drakkar "El Cuervo" a la caza del Kraken y Hildegard Valdrada hizo lo propio, junto a varios Drakkars más.
Se decía que "El Kraken" no solo atacaba por mar, sino que varios asentamientos civiles habian sido atacados también, al parecer la bruma se formaba y penetraba en la tierra y tras ellas los Kvaldir atacaban sin piedad. Sumida por la curiosidad, Rebekka Ravencroft escoltada por dos hombres de su clan, Ulf Asbjorn y Hosen Ravencroft, se dirigió al Refugio Pino Ámbar en las Colinas Pardas, donde se citaban también varios grupos de mercenarios de la Alianza, así como aventureros, al parecer se había ofrecido una gran recompensa por acabar con esta amenaza.
Aunque lo que de verdad llamaba la atención a Rebekka era el porque los Kvaldir conseguian portar la bruma con ellos, pues nunca habian podido traspasar las fronteras del desembarco de Hrothgar y sospechaba que algun extraña hechicería oscura estaba detras de todo esto.
Al llegar al Refugio vio a varias partidas de hombres del sur y enanos, organizandose. Algunos portaban las banderolas y tabardos de un afamado grupo mercenario conocido como los "Lobos de Velavento" y junto a ellos estaba un clan enano, llamado Barbaferrea. Pero lo que realmente hizo que Rebekka desmontara de su caballo, fue ver a tres de estos sureños a los que ya conocía, o al menos había oido hablar de ellos.
Eran Myrall, Jesabela y Garron, fueron reconocidos facilmente por Rebekka, pues se habían vuelto bastante famosos en el norte, tanto que hasta un viejo escaldo les había dedicado una de sus Eddas, tras su aventura en busca del Tesoro de Quetz´lun. Los sureños intercambiaron impresiones con Rebekka, sobre la nueva amenaza y ella les expresaba sus temores.
Los Lobos de Velavento y los enanos partieron hacía el Campamento de la Brigada de los Páramos, pues se estaban dando avisos de un ataque allí. Al poco tiempo, los sureños del Pacto Áureo y los hombres del norte, también partieron al Campamento. Cuando llegaron este había sido abandonado a su suerte, quedaban pocos civiles en este, el ejercito había muerto o desaparecido, los pendones ondeaban al viento con la bandera y emblema de Ventormenta bañado en sangre, mientras algunas de las barricadas se incendiaban.
Sureños y norteños, comenzaron las tareas de organizar el campamento, estableciendo primeramente unas barricadas nuevas de contención.
Poco tiempo después el sonido de un cuerno que parecía provenir de ultratumba, retumbo en toda la ladera a pies de las Colinas, era un sonido estridente e incesante, que se acercaba hacía alli, precedido por la bruma.
- ¡A las armas!.- se prepararon todos, temiendo un nuevo ataque y así fue. Entre la bruma según se acercaba se podía distinguir a un grupo de Kvaldirs. Los primeros en disparar sus armas de fuego fueron los enanos Barbaferrea y la afamada tiradora Myrall, haciendo blanco en ellos, lo cual no contuvo el ataque de los Kvaldir que rompieron facilmente las barricadas, chocando de frente contra los defensores y sus escudos.
Sin embargo el combate fue desigual, las fuerzas conjuntas de norteños y sureños, derrotaron a los Kvaldir, que quiza no esperaban encontrar resistencia, al menos de soldados tan preparados y experimentados, Tras el combate, la niebla de disipó y con ella vino la calma.
Había mucho que hacer, tenían que reconstruir el campamento y pensar como acabar con la amenaza, pero eso sería ya otro día.
Varias hermandades se desplazan hasta Rasganorte, para capturar vivos o muertos a los asaltantes, por su parte los Hombres del Norte también se involucran en la contienda... pero estos no son simples piratas, un gran misterio rodea todo lo concerniente a estos asaltos.
Día 1
En todo Rasganorte se extendio el rumor de que tras la niebla un terrible Drakkar gobernado por espectros de los Kvaldir estaba sembrando el caos y la destrucción, el único superviviente que llego a Valgarde para contarlo, lo llamo "El Kraken". Alban Ravencroft, partió en su Drakkar "El Cuervo" a la caza del Kraken y Hildegard Valdrada hizo lo propio, junto a varios Drakkars más.
Se decía que "El Kraken" no solo atacaba por mar, sino que varios asentamientos civiles habian sido atacados también, al parecer la bruma se formaba y penetraba en la tierra y tras ellas los Kvaldir atacaban sin piedad. Sumida por la curiosidad, Rebekka Ravencroft escoltada por dos hombres de su clan, Ulf Asbjorn y Hosen Ravencroft, se dirigió al Refugio Pino Ámbar en las Colinas Pardas, donde se citaban también varios grupos de mercenarios de la Alianza, así como aventureros, al parecer se había ofrecido una gran recompensa por acabar con esta amenaza.
Aunque lo que de verdad llamaba la atención a Rebekka era el porque los Kvaldir conseguian portar la bruma con ellos, pues nunca habian podido traspasar las fronteras del desembarco de Hrothgar y sospechaba que algun extraña hechicería oscura estaba detras de todo esto.
Al llegar al Refugio vio a varias partidas de hombres del sur y enanos, organizandose. Algunos portaban las banderolas y tabardos de un afamado grupo mercenario conocido como los "Lobos de Velavento" y junto a ellos estaba un clan enano, llamado Barbaferrea. Pero lo que realmente hizo que Rebekka desmontara de su caballo, fue ver a tres de estos sureños a los que ya conocía, o al menos había oido hablar de ellos.
Eran Myrall, Jesabela y Garron, fueron reconocidos facilmente por Rebekka, pues se habían vuelto bastante famosos en el norte, tanto que hasta un viejo escaldo les había dedicado una de sus Eddas, tras su aventura en busca del Tesoro de Quetz´lun. Los sureños intercambiaron impresiones con Rebekka, sobre la nueva amenaza y ella les expresaba sus temores.
Los Lobos de Velavento y los enanos partieron hacía el Campamento de la Brigada de los Páramos, pues se estaban dando avisos de un ataque allí. Al poco tiempo, los sureños del Pacto Áureo y los hombres del norte, también partieron al Campamento. Cuando llegaron este había sido abandonado a su suerte, quedaban pocos civiles en este, el ejercito había muerto o desaparecido, los pendones ondeaban al viento con la bandera y emblema de Ventormenta bañado en sangre, mientras algunas de las barricadas se incendiaban.
Sureños y norteños, comenzaron las tareas de organizar el campamento, estableciendo primeramente unas barricadas nuevas de contención.
Poco tiempo después el sonido de un cuerno que parecía provenir de ultratumba, retumbo en toda la ladera a pies de las Colinas, era un sonido estridente e incesante, que se acercaba hacía alli, precedido por la bruma.
- ¡A las armas!.- se prepararon todos, temiendo un nuevo ataque y así fue. Entre la bruma según se acercaba se podía distinguir a un grupo de Kvaldirs. Los primeros en disparar sus armas de fuego fueron los enanos Barbaferrea y la afamada tiradora Myrall, haciendo blanco en ellos, lo cual no contuvo el ataque de los Kvaldir que rompieron facilmente las barricadas, chocando de frente contra los defensores y sus escudos.
Sin embargo el combate fue desigual, las fuerzas conjuntas de norteños y sureños, derrotaron a los Kvaldir, que quiza no esperaban encontrar resistencia, al menos de soldados tan preparados y experimentados, Tras el combate, la niebla de disipó y con ella vino la calma.
Había mucho que hacer, tenían que reconstruir el campamento y pensar como acabar con la amenaza, pero eso sería ya otro día.
Día 2
El sol ilumino el firmamento y con el volvieron las patrullas de soldados de la Alianza al Campamento de la Brigada Parameña en las Colinas Pardas, listos para trabajar codo a codo en la reconstrucción del campamento. La amenaza de los Kvaldir seguía ahí, los Lobos de Velavento junto al Clan Barbaferrea emprendieron una marcha para cubrir los asentamientos del Refugio Pinoámbar y el Aserradero Cielo Azul, velando por la seguridad de los mismos. Los norteños del Pacto de Sangre y el Pacto Áureo, fueron destinados a Arroyoplata, para recabar información sobre los asaltantes Kvaldir.
Así pues una pequeña compañía compuesta por Garron Baynes, Jesabela Rocarena, James Taellyr, Rebbeka Ravencroft, Hosen Ravencroft y Marseline, fue designada para dicha misión. Ligeros en equipaje partieron a Arroyoplata.
El asentamiento estaba tranquilo, sosegado, ajeno a lo que estaba ocurriendo con los Kvaldir. La compañía era ignorada por los ulfhednar locales, bajo la puerta principal había cadaveres humanos en descomposición, hecho que advertía que la presencia de extranjeros no era muy bien recibida.
Tan pronto como llegaron, Jesabela partió a buscar al Escaldo Djorvar de Arroyoplata, al cual ya conocían durante su anterior aventura en busca del Tesoro de Quetz'lun. El resto estuvo preguntando a los habitantes del asentamiento sin mucho exito, hasta que uno de ellos les dijo que si querían saber que ocurria con los Kvaldir, era mejor que lo vieran con sus propios ojos y que no tardaran en dirigirse al oeste, a unas ruinas de los Drakkari conocidas como Zeb'Halak.
Antes de poner rumbo a Zeb'halak buscaron a Jesabela, que estaba con el escaldo Djorvar que al ser preguntado por los Kvaldir y la amenaza que se cernia sobre las Colinas Pardas con la llegada de la bruma, recordo una vieja canción infantil del norte que paso a recitar a la compañia y decía así:
El sol ilumino el firmamento y con el volvieron las patrullas de soldados de la Alianza al Campamento de la Brigada Parameña en las Colinas Pardas, listos para trabajar codo a codo en la reconstrucción del campamento. La amenaza de los Kvaldir seguía ahí, los Lobos de Velavento junto al Clan Barbaferrea emprendieron una marcha para cubrir los asentamientos del Refugio Pinoámbar y el Aserradero Cielo Azul, velando por la seguridad de los mismos. Los norteños del Pacto de Sangre y el Pacto Áureo, fueron destinados a Arroyoplata, para recabar información sobre los asaltantes Kvaldir.
Así pues una pequeña compañía compuesta por Garron Baynes, Jesabela Rocarena, James Taellyr, Rebbeka Ravencroft, Hosen Ravencroft y Marseline, fue designada para dicha misión. Ligeros en equipaje partieron a Arroyoplata.
El asentamiento estaba tranquilo, sosegado, ajeno a lo que estaba ocurriendo con los Kvaldir. La compañía era ignorada por los ulfhednar locales, bajo la puerta principal había cadaveres humanos en descomposición, hecho que advertía que la presencia de extranjeros no era muy bien recibida.
Tan pronto como llegaron, Jesabela partió a buscar al Escaldo Djorvar de Arroyoplata, al cual ya conocían durante su anterior aventura en busca del Tesoro de Quetz'lun. El resto estuvo preguntando a los habitantes del asentamiento sin mucho exito, hasta que uno de ellos les dijo que si querían saber que ocurria con los Kvaldir, era mejor que lo vieran con sus propios ojos y que no tardaran en dirigirse al oeste, a unas ruinas de los Drakkari conocidas como Zeb'Halak.
Antes de poner rumbo a Zeb'halak buscaron a Jesabela, que estaba con el escaldo Djorvar que al ser preguntado por los Kvaldir y la amenaza que se cernia sobre las Colinas Pardas con la llegada de la bruma, recordo una vieja canción infantil del norte que paso a recitar a la compañia y decía así:
Blancos eran los bancos de niebla,
blancos como sus tristes cabellos.
Que la costa abrazaba,
en un gesto funesto.
Allí, contemplativo, sólo y vacío se sentía Isen,
a la orilla del mar.
Su magia y su saber no eran nada,
pues la vejez rápido le marchitaba.
Y poco a poco su vida,
como el vaho, se esfumaba.
Mas aquella neblina siempre permanecía,
día tras día, año tras año.
"Qué no daría yo por así poder,
con mis manos la bruma tejer".
Y dijo esto en alto,
hacia la espesura insondable.
Entonces una voz le dijo:
"Ven y así podrás obtener,
lo que tú buscas tener".
Isen fue junto a ellos,
los que tienen la piel mojada y los cabellos verdes.
Sus secretos aprendió,
y por fin la niebla dominó.
Mil años tiene ya el viejo Isen,
pero nostálgico está de su tierra.
Añora los vados y los ríos,
y los picos nevados.
Pues el mar siempre susurra,
y sus profundidades siempre son negras.
La nostalgia finalmente lo embargó,
pero fuera de la bruma, no viviría.
"Llevaré pues la niebla conmigo,
para así vivir do yo quiera."
En su largo lamento Isen fabricó,
un cuerno de inquebrantable coral y conchas,
el cual cada vez que él soplaba,
tejidos de niebla lo acompañaban.
Así pues viajó tierra adentro,
cegando con bruma colinas, montañas y bosques.
Si veis pues viajeros,
un banco de niebla aproximarse.
Y escucháis el sonar,
de aquel cuerno del mar.
Saludad al viejo Isen,
pues es él quien quiere acercarse.
La compañia se habia quedado hipnotizada mientras el escaldo recitaba y al finalizar, una chispa de iluminación brillaba en sus ojos, se despidieron del escaldo y comenzaron a hablar entre ellos.
Isen, los Kvaldir, la niebla, el cuerno del mar...
Las piezas de aquel rompecabezas iban encajando poco a poco, las antiguas leyendas siempre tienen un fondo o una verdad en la que basarse, había que seguir investigando y la compañia se puso rumbo a Zeb'halak, al oeste de Arroyoplata, no muy lejos de allí.
Al llegar a las ruinas y ocultos, se fueron acercando al interior, donde canticos rituales precedian a una siniestra danza donde unos trols con aspecto malsano devoraban vivos a otros. En realidad unos a otros se estaba devorando y mientras lo hacían sus cuerpos mutaban, se hacían mas grandes y tentáculos brotaban de ellos, hasta que uno solo sobrevivio devorando a todos los demás.
Era enorme, de unos seis metros de altura. Al finalizar el ritual, la criatura se detuvo, un cuerno sono y la niebla aparecio rodeando a dicha criatura. Los Kvaldir se postraron ante aquella aberración y la brindaban oraciones llamándola "Dagovar" y repitiendo dicho nombre una y otra vez.
Dagovar, empezo a emitir sonidos indescriptibles y estridentes, hasta que uno de ellos provoco que Rebekka se desmayara, acto seguido la bruma y los Kvaldir desaparecieron, para cuando nos quisimos dar cuenta, aquella bestia abominable estaba junto a nosotros, dispuesta a devorarnos.
La compañia sorprendida y sobrecogida por Dagovar, no supo reaccionar a tiempo y fueron golpeados; Jesabela, Hosen, Rebekka y Marseline fueron atrapados por Dagovar, que los rodeaba y asfixiaba con sus tentáculos, James Taellyr ataco tratando de cortar alguno de los tentáculos de Dagovar, pero la criatura era extremadamente poderosa y derribo al excelso caballero que fue tambien preso de sus tentaculos.
Tan solo Garron, se mantenía erguido, mientras sus compañeros se retorcian de dolor antes de ser asfixiados por Dagovar, que parecia disfrutar con la tortura a la que les estaba sometiendo, Garron consiguio cortar el tentaculo de Jesabela y liberarla, lo cual provoco la ira de Dagovar, que golpeo con mucha dureza a Garron atrapándolo y dirigiendolo a su enorme boca redonda rodeada de dientes punzantes, pero no antes de que Jesabela reaccionara descargando la furia de sus dagas contra la bestia, y escalando hacia arriba de la misma entre clavada y clavada, degollándola finalmente hasta que esta se desplomo y dejo sueltos al resto.
La compañia tardo en recuperarse, la bestia había explotado recubriéndolos a todos de un compuesto gelatinoso que poco a poco se fueron purgando. Decidieron explorar las ruinas, aún con la congoja y la sorpresa de lo que acababan de descubrir, y en la cima de la pirámide santuario de Zeb'halak divisaron un fuego que se iluminaba incandescentemente.
Al ascender por las escaleras de la piramide y llegar a su cumbre, junto al fuego pudieron distinguir una silueta fantasmagórica que se desvanecio rápidamente. La compañia se detuvo un momento en aquella cima, observado todo a su alrededor, desde la cima se distinguia un poblado trol que parecia ahora vació sin vida, pero que seguramente en algún tiempo anterior había sido una gran ciudad del imperio drakkari.
Hosen comenzo a desvertirse ante la atenta mirada de los demás que no daban credito, y sus ojos se volvieron completamente blancos. El norteño había sido poseido por aquella entidad fantásmagorica que se presento como el "Emperador Zhuul el Sanguinario" señor de Zeb'halak y azote de los Vrykul. Dijo a la compañia que queria vengarse del Rey Ymiron y que el les ayudaria a acabar con los Kvaldir. Les explico que el cuerno de Isen había sido localizado y algún descendiente del mismo lo había usado, invocando así a los Kvaldir y dominándoles, había que detenerle por el bien de todos, pues la llegada de la bruma solo era el principio de algo mucho pero que había de venir con ello.
La compañia debatio si aceptar o no, al que decía ser un emperador trol de la antigüedad entre ellos, sin duda Zhuul parecia saberlo todo sobre lo que estaba pasando, incluso les dijo un lugar donde averiguarian lo ocurrido pero que sin el no conseguirian ponerle fin, ese lugar era la Isla Luna Sangre, cuyas catacumbas se extendian hasta Drakal'jin, en aquel lugar habia sido encontrado el Cuerno de Isen.
La compañia acepto la ayuda del espiritu trol, pero este no se sentia agusto en el cuerpo de Hosen, demando poseer el de Rebekka Ravencroft, aquella que había escuchado la voz de Dagovar el caído. Tras varias discusiones, Rebekka decidio aceptar, se acerco a Hosen y ambos se fundieron en un intercambio espiritual que acabo derribando a ambos contra el suelo.
Al poco tiempo se recuperaron, Zhuul palpaba su nuevo cuerpo mientras sentia las energias provenientes del mismo. La compañia se puso en marcha de regreso hacía el Campamento de la Brigada de los Páramos, con un nuevo integrante. Zhuul, les dijo que su presencia debía ser un secreto que solo ellos conocieran, así que trato de que los demas le ayudaran a comportarse como Rebekka para tratar con personas ajenas a la Compañia.
Tras múltiples intercambios culturales y alguna que otra situación hilarante, Zhuul decidio no abrir la boca y presentarse como "Rebekka solo" tras la recomiendación de los demás.
Llegaron al campamento totalmente exhaustos por lo acontecido, era el momento de descansar y recobrar nuevas fuerzas antes de proseguir hacia Drakal'jin y la Isla de Luna Sangre junto al extraño Emperador Zhuul, que había poseido el cuerpo de Rebekka Ravencroft.
Día 3
Tan pronto como llego la tarde, se reunió un nuevo grupo para partir hacía la Drakil'jin y la Isla de la Luna de Sangre. Hombres del norte por un lado, los sureños del Pacto Áureo, y un nuevo grupo de cazatesoros conocidos por Garron y liderados por un tal Pinaroth Thompson. Formando un grupo bastante numeroso, al frente de la expedición se encontraba Zhuul, el espiritu del trol de Zeb'halak.
Al llegar a Drakal'jin tuvieron que tomar una decisión, adentrarse en las catacumbas para llegar a la Isla o atravesar el estrecho marino, en algún tipo de embarcación.Decidieron no arriesgarse a en las catacumbas y pasadizos, dirigirse hacia la costa y buscar algo con lo que atravesar las aguas y llegar a la Isla, por suerte para ellos, un Drakkar de los hombres del norte, estaba varado en aquellas aguas poco profundas. Hosen distinguio el emblema del clan Ravencroft, se trataba del "Cuervo Negro" la embarcación del Jarl Alban Ravencroft, el padre de Rebekka.
Los Drakkar de los hombres del norte, siempre portaban algunas pequeñas embarcaciones para misiones de exploración o transporte, por alguna razón pensaron que sería buena idea llamar la atención del Drakkar para poder solicitar una de esas embarcaciones y cruzar el estrecho hasta la isla. Por otro lado, si Alban se daba cuenta de que su hija había sido poseida por un espíritu trol de hace miles de años era impredecible su reacción, pero había que jugarsela.
Los hombres del norte del clan ravencroft, reconocieron a los norteños de la compañia, poco tiempo después el propio Jarl Alban se cito con esta, Rebekka o mejor dicho Zhuul, se limito a sonreir y decir a todo si asintiendo con la cabeza, tratando de no meter la pata. El viejo Jarl, no se percato de nada, Garron solicito la ayuda de este y una embarcación para llegar a la isla, a lo que Alban accedio y así la compañia pudo pasar el estrecho.
En la costa, los hombres del norte del Clan Ravencroft se despidieron de la compañia, seguirian intentado dar caza, a aquel fantásmagorico Drakkar de los Kvaldir conocido como "El Kraken" que aparecia y desaparecia con la bruma a su antojo, haciendo que su captura fuera una tarea arto imposible, pero los hombres del norte son conocidos por su testarudez.
La Compañía había llegado a la Isla de Luna de Sangre, donde Zhuul les había dicho que tenían que empezar su busqueda. En la cima de aquel torreon encontrarian lo que habían venido a buscar. La isla estaba abandonada, una gran puerta cerrada impedia al acceso a dicho torreon, pero con un rugido estridente se fue abriendo sin interacción alguna de la compañia.
Sin dudarlo un solo segundo todos entraron sin vacilación
El interior del torreón estaba yermo, lleno de esqueletos, paja y restos putrefactos. Bajo un retrato de alguna mujer norteña, encontraron una mesa donde alguien practicaba algún tipo de alquimia y un enorme caldero con un líquido verde extraño, que decidieron no tocar y mucho menos degustar. Al fondo habia unas escaleras, que la compañia se dispuso a subir.
Subieron y subieron, hasta llegar a una planta donde una espesa bruma cubria aquel enorme habítaculo, sonrisas siniestras emergian de la bruma, la Compañia se puso en guardia, el cuerno estridente que habían oido días atras cuando los Kvaldir atacaron el campamento de la Brigada de los Paramos, volvio a sonar y de la bruma emergieron diez enormes Kvaldir, con arpones y hachas en las manos, cargando ferozmente contra la compañía en un duro combate.
Estos enormes Kvaldir, no tenían nada que ver, con los que habían derrotado con facilidad anteriormente, derribaron a la Compañia, y vendieron cara su espectral presencia, tanto es así que Garron y Jesabela sucumbieron ante los arpones de estos, y el ultimo de los Kvaldir que aún quedaba se marcho con la bruma entre risas agónicas.
Allí postrados en el suelo y arponeados, Garron y Jesabela se debatian entre la vida y la muerte, Zhuul se dio cuenta de que habían sido envenenados, aquellos arpones estaban malditos, el liquido del caldero de la primera planta de la torre podría contener que el veneno se extendiera aplicado en su justa dosis, pero también podría ser mortal o algo mucho pero que la muerte. Zhuul parecia saber mucho mas sobre todo lo que allí pasaba que lo que realmente contaba.
Azekiel, Hosen y Marseline, bajaron raudos a por el caldero y fueron administrando el liquido del mismo a Garron y Jesabela tal y como Zhuul les indicaba. Inexplicablemente, se repusieron casi instantaneamente. Jesabela decía encontrarse mejor que nunca, aunque tardo mucho mas que Garron en recuperarse, a decir verdad la Compañia la daba por perdida ya, pues fue en el ultimo suspiro cuando se recupero.
Quedaba la ultima escalera y la ultima planta, había que alcanzar la cima del torreón.
En la cima hallaron, una extraña plataforma de piedra de una forma circular. Zhuul le dijo a Jesabela que se acercara... por lo visto el veneno del arpón habia calado en ella, y aunque el antidoto funciono en Garron, para Jesabela tendría que ser algo más drástico. Zhuul coloco en una posición determinada a Jesabela en el centro de aquella plataforma circular y la apuñalo por la espalda en el costado ante la atónita mirada del resto. Una extraña sangre manaba de Jesabela y esta empezo a circular en el suelo dibujando un extraño sigilo, el resto de la compañia estaba paralizada sin explicarse lo ocurrido, Zhuul decía que habia purgado su mal y arrastro a Jesabela fuera de la plataforma.
Del sigilo de sangre, una extraña forma cobro vida, una réplica luminosa y oscura de Jesabela con un gran cuerno de corales en su mano, se presento como Isen ante la compañía.
¡Isen el de la leyenda de Djorvar! ¡El portador del Cuerno!
Isen hizo manar la niebla a su alrededor y ataco a la compañia, la cual se aferro como pudo tras el embate de aquel fantasmagorico espectro. Uno a uno , la compañia arremetio contra el espectro, algunos con mas suerte que otros. Isen hizo sonar su cuerno y de el emanaron tempestades que arrastraron y empujaron a varios miembros de la compañia fuera de la torre y sus cuerpos se precipitaron contra el mar. Isen les hizo saber al resto que sus cuerpos se pudririan en las profundidades del mar, donde habita el miedo.
Cada sonar del cuerno algún miembro mas de la compañia era precipitado contra el mar, Jesabela, Zhuul, Hosen, Azekiel...uno tras otro, el rostro oscuro de Isen bajo el aspecto de la sombra de Jesabela parecía disfrutar con una amplia sonrisa desafiante.
Pero el coraje de la compañia supo prevalecer, aferrados a la sus armas consiguieron derrotar a Isen, que en ultima instancia amenazo con que eso no sería el final... y la sombra de Isen se evaporo. Únicamente su cuerno quedo, precipitandose contra el suelo.
Pinaroth Thompson se hizo con él y la compañia se dispuso a rescatar a sus compañeros. Las heridas de aquella noche habían pasado factura, en la embarcación que Alban les había cedido volvieron hacia el interior de las Colinas Pardas, en dirección al Campamento de la Brigada de los Páramos.
Zhuul, tras recuperarse de su caída, insisito a Pinaroth Thompson con que le entregara el cuerno para custodiarlo, a lo que este rehuso, alegando que debía ser estudiado. Zhuul enojado, pero sin poder hacer nada explico a los demás que ese cuerno solo servía para deshacer la maldición y que solo el linaje de Isen podría hacerlo, un descendiente del propio Isen, sangre de su sangre. La amenaza de los Kvaldir se volvería mas fiera que nunca y buscarían el cuerno donde fuera que este estuviera sin descanso alguno.
Por un lado había que buscar al descendiente de Isen y por otro evitar que el cuerno cayerá en manos equivocadas y que los Kvaldir lo recuperasen, pues era lo único que podría acabar con aquella amenaza.
Por su parte, los enanos Barbabronce, el Conclave Donec Sanatore y los Lobos de Velavento, se reunieron en el centro del campamento tras su regreso del Aserradero Cielo Azul, habiendo puesto a salvo dicho enclave.
Día 4
Con el cuerno de Isen en poder de Pinaroth Thompson y su empresa, el siguiente paso a dar por la compañía según Zhuul era encontrar al descendiente de Isen. Para eso, Zhuul les explico que había que encontrar los restos de Isen, los cuales se encontraban en las catacumbas de la antigua fortaleza de Utgarde en el Fiordo Aquilonal.
Motorizados y a galope, recorrieron las Colinas Pardas y el Fiordo Aquilonal, la compañía compuesta por nordicos, sureños y el espiritu trol que los guíaba, estaba otra vez involucrada en una nueva búsqueda, todos menos Jesabela que aún seguía postrada por sus heridas producidas en la Isla de la luna de sangre y Myrall, la cual conto orgullosamente que estaba embarazada de Garron.
Así fue como llegaron a la majestuosa fortaleza de Utgarde, erguida y gloriosa, el devenir de los años no había calado en ella negativamente y aún seguía imponiendo y aportando un halo de respeto y majestuosidad. La compañía amarro a los caballos y oculto sus motocicletas, dispuestos a penetrar en Utgarde.
Largos y amplios pasillos, sorprendieron a algunos de los sureños que se quedaron atonitos, sobre todo al ver la gran cascada desde el interior de la Fortaleza.No parecía tarea fácil encontrar aquellas catacumbas, Hosen no recordaba su ubicación y Zhuul hacía miles de años que no pisaba aquel lugar.
Perdidos en el interior de Utgarde, Garron descubrio un camino que daba al exterior, al parecer una aventura del Pacto áureo, anterior a encontrar el Tesoro de Quetz'lun les había llevado a las catacumbas que Zhuul les decía que debían encontrar.Encontraron al fin el acceso a las catacumbas de Utgarde, según avanzaban la luz se volvia mas tenue hasta que llego un punto donde desaparecio. Por suerte, localizaron algo con lo que hacer fuego y encendieron algunas antorchas. El sitio estaba extremadamente oscuro, guíados por Zhuul, recorrieron varios sitios de las catacumbas, bajo un sonido sepulcral.
Bajaron unas enormes escaleras, hasta llegar a un lugar donde el suelo estaba compuesto por huesos. Millones de huesos, componían el suelo de aquel tétrico sitio, hasta llegar a lo que parecia un enorme mural. En aquel mural en la pared, había una representación de los Vrykul donde se enfrentaban a los trol, con lo que parecia ser el Rey Ymiron en el centro, con una pose victoriosa y la cabeza de un trol en su mano derecha alzada.
Bajo el mural, había cinco enormes jarrones funerarios con una enorme tapadera, y en ellos inscritas runas ininteligibles para ninguno de los que allí estaban. Zhuul estaba dubitativo, estaba seguro que los restos de Isen estaban en uno de esos jarrones... ¿pero en cual?
Sin pensarlo mucho abrió el del centro y al hacerlo, del suelo de huesos de la instancia, emergieron pequeños necrofagos que vagaban de un sitio para otro, si bien no representaban una gran amenaza para la compañia, algunos se acercaron hasta esta y tuvieron que ser repelidos por la fuerza de las armas.
Quedaban cuatro jarrones sin destapar, según Zhuul uno de ellos contenia los restos de Isen y gracias al estudio de estos averiguaría quien es el descendiente del mismo para hacer que este soplara el Cuerno y acabar así con la amenaza de los Kvaldir. Garron se adelanto a abrir el siguiente jarron y eligio el ultimo del extremo izquierdo, al abrirlo, se desato lo inevitable.
Un inmenso y fantasmagorico esqueleto gigante de algún poderoso Vrykul, comenzo a emerger de la espesa neblina del suelo atacando a la Compañia, la cual fue reducida poco a poco, nada parecía afectar a aquel poderoso fantasma. Zhuul, Garron, Hosen, Darmer, Zack, Pinaroth... todos fueron derribados una y otra vez, hasta el fin de sus fuerzas. Pero si el espiritu de Isen ni todos sus Vrykuls habían conseguido acabar con ellos, ese gigantesco fantasma Vrykul de hueso no lo iba a lograr. Sacando fuerzas de flaqueza, uno a uno se fueron levantado y mordiendo el polvo, hasta que Nathan que era el último hombre en pie hizo que la aparación fantásmagorica desapareciera, entre sonidos de ultratumba y su luz se desvanecio.
El resto estaba inconsciente, Nathan, intento levantar a Pinaroth Thompson sin exito, Zhuul recobro la conciencia pero estaba gravemente herido, le indico a Nathan que abriera otro de los jarrones, que lo mas importante era encontrar los restos de Isen. Nathan, dudo varias veces si hacerlo, hasta ahora aquello no les había traido nada bueno. Al final, abrio el jarron del extremo derecho, de entre los tres que quedaban y al hacerlo, un polvo mugriento se precepitio contra su cara, dejándolo temporalmente cegado y desorientado.
El pequeño Darmer, recupero tambien la conciencia golpeado por Zhuul repetidas veces, debido a su consistiencia, el gnomo se incorporo aún malherido y dispuesto a abrir otro de los jarrones, ya solo quedaban dos, uno de ellos debía contener las cenizas de Isen. Darmer eligio y abrio el de la izquierda, de él mano una música melancólica que sumio a Darmer en un profundo estado de tristeza haciendo que se derrumbara, música que solo escuchaba él.
Los necrofagos se acercaban poco a poco a los cuerpos de los inconscientes hombres de la Compañía. Nathan, aún cegado intento abrir el último jarron guiado por su instinto tropezando con Zack y gracias al golpe, haciendo que este recuperara la conciencia. Zack se levanto a duras penas, Zhuul le dijo que solo abriendo el ultimo jarron podría deshacer todo lo ocurrido en aquel lugar.
Zack abrio el ultimo jarron, de el extrajo algo envuelto y al hacerlo los necrofagos se derrumbaron, la magia se purgo y todos empezaron poco a poco a recuperar la conciencia.Mientras abandonaban las catacumbas de Utgarde, Zhuul reclamo los restos de Isen. Zack consulto con los miembros de la empresa de Pinaroth Thompson y le entrego a Zhuul una daga diciendo que eso era lo que había encontrado en el jarrón.
Entonces se produjo un momento de gran tensión, Zhuul tiro enojado la daga contra el suelo, acusando a Zack de ladrón y diciendo que los restos de Isen eran una calavera y no una daga.
La tensión era palpable, los norteños y los sureños del Pacto Áureo se enfrentaron a los miembros de la empresa de Pinaroth Thompson, pero por suerte la sangre no llego ensuciar el suelo ni las armas, pese a alguna discusión mas acalorada que otra.
Pinaroth reclamo una recompensa en oro para el y los hombres de su empresa a cambio de la calavera, Zhuul acepto finalmente y convencio a norteños y sureños de que era lo mejor. El precio, 1.200 monedas de oro, Zhuul incluyo el cuerno de Isen en el trato y ambas partes firmaron un contrato de mutuo acuerdo, al llegar al Campamento de la Brigada de los Páramos se produciría el intercambio.
La Compañía emprendio el camino de vuelta en medio de un ambiente muy tenso. Al llegar al Campamento los hombres de Pinaroth Thompson, tuvieron tambien un conflicto con los guardias de los Lobos de Velavento, que habían asumido parte del gobierno de dicho asentamiento, que posteriormente consiguieron solucionar con el capitan de estos, un tal William Nordling.
Al parecer los Lobos de Velavento y los enanos del Clan Barbaferrea, habían asegurado las zonas colindantes al campamento, habiendo tenido algún que otro encuentro con los ulfhednar de las Colinas Pardas.
Ahora el problema es que Zhuul no tenia oro alguno, solo era un espiritu en el cuerpo de una mujer nórdica, pero algo hablaron Garron y él, que al final Garron accedio a entregar a Pinaroth Thompson las 1.200 monedas de oro, sacadas del mismisimo tesoro de Quetz´lun y finalmente la transacción llego a buen puerto. Myrall, custodio el cuerno de Isen y su calavera, Zhuul esperaba ansionso el momento de examinar ambas reliquias, mientras que el Capitán Nordling debatia con Pinaroth Thompson y posteriormente informaba a Garron sobre la situación en Colinas Pardas.
DÍA 5
El Antiguo Campamento de la Brigada de los Páramos era el nexo que unia a la Alianza, Hombres del Norte y demás sureños que habían llegado a las Colinas Pardas para dar caza al siniestro enemigo. En el confluían militares, mercenarios, hombres de ciencia, magos, constructores y aventureros. Juntos habían vuelto a eregir aquel campamento, levantado empalizadas, preparado trampas con fosos y estacas, arreglado los portones y torres.
No tardarían mucho más en ser puestos a prueba, la tranquilidad en el Campamento sería perturbada.
En algún momento los cuernos sonaron, cuernos que precedian al terror, y con ellos tambores, ¡tambores de guerra! gritos y pasos estruendosos entre la bruma.
El grito mas recurrente en el campamento era; ¡A las armas!, los fieros defensores se apostaron tras las empalizadas y de entre esa espesa bruma fueron apareciendo una centena de Kvaldir guíados por dos de ellos de un tamaño enorme que parecian ser los jefes y gritaban consignas al unísono.
Los Kvaldir se dividieron atacando los dos portones del campamento, el portón occidental y el oriental. Los defensores dispararon sus proyectiles contra la bruma y tras la primera descarga, se produjo el ataque, los Kvaldir se lanzaron contra las puertas destrozandolas con sus hachas, los defensores seguían disparando y arrojando aceite por encima de ellos, muchos desaparecian entre humo y algas, pero algunos de ellos prevalecieron. Varios soldados de la Alianza perdieron su vida tratando de contener las defensas.
¡Los portones no deben caer!.- gritaban desde el interior.
La suerte de la batalla era incierta, pero la obstinación de los defensores iba en aumento, parecia que los Kvaldir serían rechazados una vez más, hasta que el portón oriental fue derribado.
¡A la carga!.- gritaron en el lado oriental del campamento, había que dar el todo por el todo. Un enorme Kvaldir, hizo estragos entre los defensores atacando con su enorme hacha y sesgando varias vidas. El coraje fue el mayor arma que ahora tenían y al final los defensores hicieron que el enorme Kvaldir hincara la rodilla, hasta que pudieron cortarle la cabeza.
La bruma desaparecia lentamente, las defensas habían caído sobre todo en el lado oriental, varias vidas se habían perdido pero aún continuaban en pie, erguidos.
Se había luchado valientemente, mientras algunos atendian a los heridos, el resto no tuvo tiempo para el descanso había que preparar nuevamente las defensas por si volvían los Kvaldir. Por suerte no fue así.
Con los rostros ennegrecidos, las ropas rasgadas, las armaduras abolladas y las armas llenas de algas, los defensores se miraron unos a otros, gritando de alivio y proclamando;
¡Victoria! ¡Victoria! ¡Victoria!
Pero la amenaza Kvaldir estaba muy lejos de desaparecer, todos sabían que los Kvaldir volverian en mayor número y habia que estar nuevamente preparados, ganar tiempo para poder deshacer su maldición y acabar con ellos.
Isen, los Kvaldir, la niebla, el cuerno del mar...
Las piezas de aquel rompecabezas iban encajando poco a poco, las antiguas leyendas siempre tienen un fondo o una verdad en la que basarse, había que seguir investigando y la compañia se puso rumbo a Zeb'halak, al oeste de Arroyoplata, no muy lejos de allí.
Al llegar a las ruinas y ocultos, se fueron acercando al interior, donde canticos rituales precedian a una siniestra danza donde unos trols con aspecto malsano devoraban vivos a otros. En realidad unos a otros se estaba devorando y mientras lo hacían sus cuerpos mutaban, se hacían mas grandes y tentáculos brotaban de ellos, hasta que uno solo sobrevivio devorando a todos los demás.
Era enorme, de unos seis metros de altura. Al finalizar el ritual, la criatura se detuvo, un cuerno sono y la niebla aparecio rodeando a dicha criatura. Los Kvaldir se postraron ante aquella aberración y la brindaban oraciones llamándola "Dagovar" y repitiendo dicho nombre una y otra vez.
Dagovar, empezo a emitir sonidos indescriptibles y estridentes, hasta que uno de ellos provoco que Rebekka se desmayara, acto seguido la bruma y los Kvaldir desaparecieron, para cuando nos quisimos dar cuenta, aquella bestia abominable estaba junto a nosotros, dispuesta a devorarnos.
La compañia sorprendida y sobrecogida por Dagovar, no supo reaccionar a tiempo y fueron golpeados; Jesabela, Hosen, Rebekka y Marseline fueron atrapados por Dagovar, que los rodeaba y asfixiaba con sus tentáculos, James Taellyr ataco tratando de cortar alguno de los tentáculos de Dagovar, pero la criatura era extremadamente poderosa y derribo al excelso caballero que fue tambien preso de sus tentaculos.
Tan solo Garron, se mantenía erguido, mientras sus compañeros se retorcian de dolor antes de ser asfixiados por Dagovar, que parecia disfrutar con la tortura a la que les estaba sometiendo, Garron consiguio cortar el tentaculo de Jesabela y liberarla, lo cual provoco la ira de Dagovar, que golpeo con mucha dureza a Garron atrapándolo y dirigiendolo a su enorme boca redonda rodeada de dientes punzantes, pero no antes de que Jesabela reaccionara descargando la furia de sus dagas contra la bestia, y escalando hacia arriba de la misma entre clavada y clavada, degollándola finalmente hasta que esta se desplomo y dejo sueltos al resto.
La compañia tardo en recuperarse, la bestia había explotado recubriéndolos a todos de un compuesto gelatinoso que poco a poco se fueron purgando. Decidieron explorar las ruinas, aún con la congoja y la sorpresa de lo que acababan de descubrir, y en la cima de la pirámide santuario de Zeb'halak divisaron un fuego que se iluminaba incandescentemente.
Al ascender por las escaleras de la piramide y llegar a su cumbre, junto al fuego pudieron distinguir una silueta fantasmagórica que se desvanecio rápidamente. La compañia se detuvo un momento en aquella cima, observado todo a su alrededor, desde la cima se distinguia un poblado trol que parecia ahora vació sin vida, pero que seguramente en algún tiempo anterior había sido una gran ciudad del imperio drakkari.
Hosen comenzo a desvertirse ante la atenta mirada de los demás que no daban credito, y sus ojos se volvieron completamente blancos. El norteño había sido poseido por aquella entidad fantásmagorica que se presento como el "Emperador Zhuul el Sanguinario" señor de Zeb'halak y azote de los Vrykul. Dijo a la compañia que queria vengarse del Rey Ymiron y que el les ayudaria a acabar con los Kvaldir. Les explico que el cuerno de Isen había sido localizado y algún descendiente del mismo lo había usado, invocando así a los Kvaldir y dominándoles, había que detenerle por el bien de todos, pues la llegada de la bruma solo era el principio de algo mucho pero que había de venir con ello.
La compañia debatio si aceptar o no, al que decía ser un emperador trol de la antigüedad entre ellos, sin duda Zhuul parecia saberlo todo sobre lo que estaba pasando, incluso les dijo un lugar donde averiguarian lo ocurrido pero que sin el no conseguirian ponerle fin, ese lugar era la Isla Luna Sangre, cuyas catacumbas se extendian hasta Drakal'jin, en aquel lugar habia sido encontrado el Cuerno de Isen.
La compañia acepto la ayuda del espiritu trol, pero este no se sentia agusto en el cuerpo de Hosen, demando poseer el de Rebekka Ravencroft, aquella que había escuchado la voz de Dagovar el caído. Tras varias discusiones, Rebekka decidio aceptar, se acerco a Hosen y ambos se fundieron en un intercambio espiritual que acabo derribando a ambos contra el suelo.
Al poco tiempo se recuperaron, Zhuul palpaba su nuevo cuerpo mientras sentia las energias provenientes del mismo. La compañia se puso en marcha de regreso hacía el Campamento de la Brigada de los Páramos, con un nuevo integrante. Zhuul, les dijo que su presencia debía ser un secreto que solo ellos conocieran, así que trato de que los demas le ayudaran a comportarse como Rebekka para tratar con personas ajenas a la Compañia.
Tras múltiples intercambios culturales y alguna que otra situación hilarante, Zhuul decidio no abrir la boca y presentarse como "Rebekka solo" tras la recomiendación de los demás.
Llegaron al campamento totalmente exhaustos por lo acontecido, era el momento de descansar y recobrar nuevas fuerzas antes de proseguir hacia Drakal'jin y la Isla de Luna Sangre junto al extraño Emperador Zhuul, que había poseido el cuerpo de Rebekka Ravencroft.
Día 3
Tan pronto como llego la tarde, se reunió un nuevo grupo para partir hacía la Drakil'jin y la Isla de la Luna de Sangre. Hombres del norte por un lado, los sureños del Pacto Áureo, y un nuevo grupo de cazatesoros conocidos por Garron y liderados por un tal Pinaroth Thompson. Formando un grupo bastante numeroso, al frente de la expedición se encontraba Zhuul, el espiritu del trol de Zeb'halak.
Al llegar a Drakal'jin tuvieron que tomar una decisión, adentrarse en las catacumbas para llegar a la Isla o atravesar el estrecho marino, en algún tipo de embarcación.Decidieron no arriesgarse a en las catacumbas y pasadizos, dirigirse hacia la costa y buscar algo con lo que atravesar las aguas y llegar a la Isla, por suerte para ellos, un Drakkar de los hombres del norte, estaba varado en aquellas aguas poco profundas. Hosen distinguio el emblema del clan Ravencroft, se trataba del "Cuervo Negro" la embarcación del Jarl Alban Ravencroft, el padre de Rebekka.
Los Drakkar de los hombres del norte, siempre portaban algunas pequeñas embarcaciones para misiones de exploración o transporte, por alguna razón pensaron que sería buena idea llamar la atención del Drakkar para poder solicitar una de esas embarcaciones y cruzar el estrecho hasta la isla. Por otro lado, si Alban se daba cuenta de que su hija había sido poseida por un espíritu trol de hace miles de años era impredecible su reacción, pero había que jugarsela.
Los hombres del norte del clan ravencroft, reconocieron a los norteños de la compañia, poco tiempo después el propio Jarl Alban se cito con esta, Rebekka o mejor dicho Zhuul, se limito a sonreir y decir a todo si asintiendo con la cabeza, tratando de no meter la pata. El viejo Jarl, no se percato de nada, Garron solicito la ayuda de este y una embarcación para llegar a la isla, a lo que Alban accedio y así la compañia pudo pasar el estrecho.
En la costa, los hombres del norte del Clan Ravencroft se despidieron de la compañia, seguirian intentado dar caza, a aquel fantásmagorico Drakkar de los Kvaldir conocido como "El Kraken" que aparecia y desaparecia con la bruma a su antojo, haciendo que su captura fuera una tarea arto imposible, pero los hombres del norte son conocidos por su testarudez.
La Compañía había llegado a la Isla de Luna de Sangre, donde Zhuul les había dicho que tenían que empezar su busqueda. En la cima de aquel torreon encontrarian lo que habían venido a buscar. La isla estaba abandonada, una gran puerta cerrada impedia al acceso a dicho torreon, pero con un rugido estridente se fue abriendo sin interacción alguna de la compañia.
Sin dudarlo un solo segundo todos entraron sin vacilación
El interior del torreón estaba yermo, lleno de esqueletos, paja y restos putrefactos. Bajo un retrato de alguna mujer norteña, encontraron una mesa donde alguien practicaba algún tipo de alquimia y un enorme caldero con un líquido verde extraño, que decidieron no tocar y mucho menos degustar. Al fondo habia unas escaleras, que la compañia se dispuso a subir.
Subieron y subieron, hasta llegar a una planta donde una espesa bruma cubria aquel enorme habítaculo, sonrisas siniestras emergian de la bruma, la Compañia se puso en guardia, el cuerno estridente que habían oido días atras cuando los Kvaldir atacaron el campamento de la Brigada de los Paramos, volvio a sonar y de la bruma emergieron diez enormes Kvaldir, con arpones y hachas en las manos, cargando ferozmente contra la compañía en un duro combate.
Estos enormes Kvaldir, no tenían nada que ver, con los que habían derrotado con facilidad anteriormente, derribaron a la Compañia, y vendieron cara su espectral presencia, tanto es así que Garron y Jesabela sucumbieron ante los arpones de estos, y el ultimo de los Kvaldir que aún quedaba se marcho con la bruma entre risas agónicas.
Allí postrados en el suelo y arponeados, Garron y Jesabela se debatian entre la vida y la muerte, Zhuul se dio cuenta de que habían sido envenenados, aquellos arpones estaban malditos, el liquido del caldero de la primera planta de la torre podría contener que el veneno se extendiera aplicado en su justa dosis, pero también podría ser mortal o algo mucho pero que la muerte. Zhuul parecia saber mucho mas sobre todo lo que allí pasaba que lo que realmente contaba.
Azekiel, Hosen y Marseline, bajaron raudos a por el caldero y fueron administrando el liquido del mismo a Garron y Jesabela tal y como Zhuul les indicaba. Inexplicablemente, se repusieron casi instantaneamente. Jesabela decía encontrarse mejor que nunca, aunque tardo mucho mas que Garron en recuperarse, a decir verdad la Compañia la daba por perdida ya, pues fue en el ultimo suspiro cuando se recupero.
Quedaba la ultima escalera y la ultima planta, había que alcanzar la cima del torreón.
En la cima hallaron, una extraña plataforma de piedra de una forma circular. Zhuul le dijo a Jesabela que se acercara... por lo visto el veneno del arpón habia calado en ella, y aunque el antidoto funciono en Garron, para Jesabela tendría que ser algo más drástico. Zhuul coloco en una posición determinada a Jesabela en el centro de aquella plataforma circular y la apuñalo por la espalda en el costado ante la atónita mirada del resto. Una extraña sangre manaba de Jesabela y esta empezo a circular en el suelo dibujando un extraño sigilo, el resto de la compañia estaba paralizada sin explicarse lo ocurrido, Zhuul decía que habia purgado su mal y arrastro a Jesabela fuera de la plataforma.
Del sigilo de sangre, una extraña forma cobro vida, una réplica luminosa y oscura de Jesabela con un gran cuerno de corales en su mano, se presento como Isen ante la compañía.
¡Isen el de la leyenda de Djorvar! ¡El portador del Cuerno!
Isen hizo manar la niebla a su alrededor y ataco a la compañia, la cual se aferro como pudo tras el embate de aquel fantasmagorico espectro. Uno a uno , la compañia arremetio contra el espectro, algunos con mas suerte que otros. Isen hizo sonar su cuerno y de el emanaron tempestades que arrastraron y empujaron a varios miembros de la compañia fuera de la torre y sus cuerpos se precipitaron contra el mar. Isen les hizo saber al resto que sus cuerpos se pudririan en las profundidades del mar, donde habita el miedo.
Cada sonar del cuerno algún miembro mas de la compañia era precipitado contra el mar, Jesabela, Zhuul, Hosen, Azekiel...uno tras otro, el rostro oscuro de Isen bajo el aspecto de la sombra de Jesabela parecía disfrutar con una amplia sonrisa desafiante.
Pero el coraje de la compañia supo prevalecer, aferrados a la sus armas consiguieron derrotar a Isen, que en ultima instancia amenazo con que eso no sería el final... y la sombra de Isen se evaporo. Únicamente su cuerno quedo, precipitandose contra el suelo.
Pinaroth Thompson se hizo con él y la compañia se dispuso a rescatar a sus compañeros. Las heridas de aquella noche habían pasado factura, en la embarcación que Alban les había cedido volvieron hacia el interior de las Colinas Pardas, en dirección al Campamento de la Brigada de los Páramos.
Zhuul, tras recuperarse de su caída, insisito a Pinaroth Thompson con que le entregara el cuerno para custodiarlo, a lo que este rehuso, alegando que debía ser estudiado. Zhuul enojado, pero sin poder hacer nada explico a los demás que ese cuerno solo servía para deshacer la maldición y que solo el linaje de Isen podría hacerlo, un descendiente del propio Isen, sangre de su sangre. La amenaza de los Kvaldir se volvería mas fiera que nunca y buscarían el cuerno donde fuera que este estuviera sin descanso alguno.
Por un lado había que buscar al descendiente de Isen y por otro evitar que el cuerno cayerá en manos equivocadas y que los Kvaldir lo recuperasen, pues era lo único que podría acabar con aquella amenaza.
Por su parte, los enanos Barbabronce, el Conclave Donec Sanatore y los Lobos de Velavento, se reunieron en el centro del campamento tras su regreso del Aserradero Cielo Azul, habiendo puesto a salvo dicho enclave.
Día 4
Con el cuerno de Isen en poder de Pinaroth Thompson y su empresa, el siguiente paso a dar por la compañía según Zhuul era encontrar al descendiente de Isen. Para eso, Zhuul les explico que había que encontrar los restos de Isen, los cuales se encontraban en las catacumbas de la antigua fortaleza de Utgarde en el Fiordo Aquilonal.
Motorizados y a galope, recorrieron las Colinas Pardas y el Fiordo Aquilonal, la compañía compuesta por nordicos, sureños y el espiritu trol que los guíaba, estaba otra vez involucrada en una nueva búsqueda, todos menos Jesabela que aún seguía postrada por sus heridas producidas en la Isla de la luna de sangre y Myrall, la cual conto orgullosamente que estaba embarazada de Garron.
Así fue como llegaron a la majestuosa fortaleza de Utgarde, erguida y gloriosa, el devenir de los años no había calado en ella negativamente y aún seguía imponiendo y aportando un halo de respeto y majestuosidad. La compañía amarro a los caballos y oculto sus motocicletas, dispuestos a penetrar en Utgarde.
Largos y amplios pasillos, sorprendieron a algunos de los sureños que se quedaron atonitos, sobre todo al ver la gran cascada desde el interior de la Fortaleza.No parecía tarea fácil encontrar aquellas catacumbas, Hosen no recordaba su ubicación y Zhuul hacía miles de años que no pisaba aquel lugar.
Perdidos en el interior de Utgarde, Garron descubrio un camino que daba al exterior, al parecer una aventura del Pacto áureo, anterior a encontrar el Tesoro de Quetz'lun les había llevado a las catacumbas que Zhuul les decía que debían encontrar.Encontraron al fin el acceso a las catacumbas de Utgarde, según avanzaban la luz se volvia mas tenue hasta que llego un punto donde desaparecio. Por suerte, localizaron algo con lo que hacer fuego y encendieron algunas antorchas. El sitio estaba extremadamente oscuro, guíados por Zhuul, recorrieron varios sitios de las catacumbas, bajo un sonido sepulcral.
Bajaron unas enormes escaleras, hasta llegar a un lugar donde el suelo estaba compuesto por huesos. Millones de huesos, componían el suelo de aquel tétrico sitio, hasta llegar a lo que parecia un enorme mural. En aquel mural en la pared, había una representación de los Vrykul donde se enfrentaban a los trol, con lo que parecia ser el Rey Ymiron en el centro, con una pose victoriosa y la cabeza de un trol en su mano derecha alzada.
Bajo el mural, había cinco enormes jarrones funerarios con una enorme tapadera, y en ellos inscritas runas ininteligibles para ninguno de los que allí estaban. Zhuul estaba dubitativo, estaba seguro que los restos de Isen estaban en uno de esos jarrones... ¿pero en cual?
Sin pensarlo mucho abrió el del centro y al hacerlo, del suelo de huesos de la instancia, emergieron pequeños necrofagos que vagaban de un sitio para otro, si bien no representaban una gran amenaza para la compañia, algunos se acercaron hasta esta y tuvieron que ser repelidos por la fuerza de las armas.
Quedaban cuatro jarrones sin destapar, según Zhuul uno de ellos contenia los restos de Isen y gracias al estudio de estos averiguaría quien es el descendiente del mismo para hacer que este soplara el Cuerno y acabar así con la amenaza de los Kvaldir. Garron se adelanto a abrir el siguiente jarron y eligio el ultimo del extremo izquierdo, al abrirlo, se desato lo inevitable.
Un inmenso y fantasmagorico esqueleto gigante de algún poderoso Vrykul, comenzo a emerger de la espesa neblina del suelo atacando a la Compañia, la cual fue reducida poco a poco, nada parecía afectar a aquel poderoso fantasma. Zhuul, Garron, Hosen, Darmer, Zack, Pinaroth... todos fueron derribados una y otra vez, hasta el fin de sus fuerzas. Pero si el espiritu de Isen ni todos sus Vrykuls habían conseguido acabar con ellos, ese gigantesco fantasma Vrykul de hueso no lo iba a lograr. Sacando fuerzas de flaqueza, uno a uno se fueron levantado y mordiendo el polvo, hasta que Nathan que era el último hombre en pie hizo que la aparación fantásmagorica desapareciera, entre sonidos de ultratumba y su luz se desvanecio.
El resto estaba inconsciente, Nathan, intento levantar a Pinaroth Thompson sin exito, Zhuul recobro la conciencia pero estaba gravemente herido, le indico a Nathan que abriera otro de los jarrones, que lo mas importante era encontrar los restos de Isen. Nathan, dudo varias veces si hacerlo, hasta ahora aquello no les había traido nada bueno. Al final, abrio el jarron del extremo derecho, de entre los tres que quedaban y al hacerlo, un polvo mugriento se precepitio contra su cara, dejándolo temporalmente cegado y desorientado.
El pequeño Darmer, recupero tambien la conciencia golpeado por Zhuul repetidas veces, debido a su consistiencia, el gnomo se incorporo aún malherido y dispuesto a abrir otro de los jarrones, ya solo quedaban dos, uno de ellos debía contener las cenizas de Isen. Darmer eligio y abrio el de la izquierda, de él mano una música melancólica que sumio a Darmer en un profundo estado de tristeza haciendo que se derrumbara, música que solo escuchaba él.
Los necrofagos se acercaban poco a poco a los cuerpos de los inconscientes hombres de la Compañía. Nathan, aún cegado intento abrir el último jarron guiado por su instinto tropezando con Zack y gracias al golpe, haciendo que este recuperara la conciencia. Zack se levanto a duras penas, Zhuul le dijo que solo abriendo el ultimo jarron podría deshacer todo lo ocurrido en aquel lugar.
Zack abrio el ultimo jarron, de el extrajo algo envuelto y al hacerlo los necrofagos se derrumbaron, la magia se purgo y todos empezaron poco a poco a recuperar la conciencia.Mientras abandonaban las catacumbas de Utgarde, Zhuul reclamo los restos de Isen. Zack consulto con los miembros de la empresa de Pinaroth Thompson y le entrego a Zhuul una daga diciendo que eso era lo que había encontrado en el jarrón.
Entonces se produjo un momento de gran tensión, Zhuul tiro enojado la daga contra el suelo, acusando a Zack de ladrón y diciendo que los restos de Isen eran una calavera y no una daga.
La tensión era palpable, los norteños y los sureños del Pacto Áureo se enfrentaron a los miembros de la empresa de Pinaroth Thompson, pero por suerte la sangre no llego ensuciar el suelo ni las armas, pese a alguna discusión mas acalorada que otra.
Pinaroth reclamo una recompensa en oro para el y los hombres de su empresa a cambio de la calavera, Zhuul acepto finalmente y convencio a norteños y sureños de que era lo mejor. El precio, 1.200 monedas de oro, Zhuul incluyo el cuerno de Isen en el trato y ambas partes firmaron un contrato de mutuo acuerdo, al llegar al Campamento de la Brigada de los Páramos se produciría el intercambio.
La Compañía emprendio el camino de vuelta en medio de un ambiente muy tenso. Al llegar al Campamento los hombres de Pinaroth Thompson, tuvieron tambien un conflicto con los guardias de los Lobos de Velavento, que habían asumido parte del gobierno de dicho asentamiento, que posteriormente consiguieron solucionar con el capitan de estos, un tal William Nordling.
Al parecer los Lobos de Velavento y los enanos del Clan Barbaferrea, habían asegurado las zonas colindantes al campamento, habiendo tenido algún que otro encuentro con los ulfhednar de las Colinas Pardas.
Ahora el problema es que Zhuul no tenia oro alguno, solo era un espiritu en el cuerpo de una mujer nórdica, pero algo hablaron Garron y él, que al final Garron accedio a entregar a Pinaroth Thompson las 1.200 monedas de oro, sacadas del mismisimo tesoro de Quetz´lun y finalmente la transacción llego a buen puerto. Myrall, custodio el cuerno de Isen y su calavera, Zhuul esperaba ansionso el momento de examinar ambas reliquias, mientras que el Capitán Nordling debatia con Pinaroth Thompson y posteriormente informaba a Garron sobre la situación en Colinas Pardas.
DÍA 5
El Antiguo Campamento de la Brigada de los Páramos era el nexo que unia a la Alianza, Hombres del Norte y demás sureños que habían llegado a las Colinas Pardas para dar caza al siniestro enemigo. En el confluían militares, mercenarios, hombres de ciencia, magos, constructores y aventureros. Juntos habían vuelto a eregir aquel campamento, levantado empalizadas, preparado trampas con fosos y estacas, arreglado los portones y torres.
No tardarían mucho más en ser puestos a prueba, la tranquilidad en el Campamento sería perturbada.
En algún momento los cuernos sonaron, cuernos que precedian al terror, y con ellos tambores, ¡tambores de guerra! gritos y pasos estruendosos entre la bruma.
El grito mas recurrente en el campamento era; ¡A las armas!, los fieros defensores se apostaron tras las empalizadas y de entre esa espesa bruma fueron apareciendo una centena de Kvaldir guíados por dos de ellos de un tamaño enorme que parecian ser los jefes y gritaban consignas al unísono.
Los Kvaldir se dividieron atacando los dos portones del campamento, el portón occidental y el oriental. Los defensores dispararon sus proyectiles contra la bruma y tras la primera descarga, se produjo el ataque, los Kvaldir se lanzaron contra las puertas destrozandolas con sus hachas, los defensores seguían disparando y arrojando aceite por encima de ellos, muchos desaparecian entre humo y algas, pero algunos de ellos prevalecieron. Varios soldados de la Alianza perdieron su vida tratando de contener las defensas.
¡Los portones no deben caer!.- gritaban desde el interior.
La suerte de la batalla era incierta, pero la obstinación de los defensores iba en aumento, parecia que los Kvaldir serían rechazados una vez más, hasta que el portón oriental fue derribado.
¡A la carga!.- gritaron en el lado oriental del campamento, había que dar el todo por el todo. Un enorme Kvaldir, hizo estragos entre los defensores atacando con su enorme hacha y sesgando varias vidas. El coraje fue el mayor arma que ahora tenían y al final los defensores hicieron que el enorme Kvaldir hincara la rodilla, hasta que pudieron cortarle la cabeza.
La bruma desaparecia lentamente, las defensas habían caído sobre todo en el lado oriental, varias vidas se habían perdido pero aún continuaban en pie, erguidos.
Se había luchado valientemente, mientras algunos atendian a los heridos, el resto no tuvo tiempo para el descanso había que preparar nuevamente las defensas por si volvían los Kvaldir. Por suerte no fue así.
Con los rostros ennegrecidos, las ropas rasgadas, las armaduras abolladas y las armas llenas de algas, los defensores se miraron unos a otros, gritando de alivio y proclamando;
¡Victoria! ¡Victoria! ¡Victoria!
Pero la amenaza Kvaldir estaba muy lejos de desaparecer, todos sabían que los Kvaldir volverian en mayor número y habia que estar nuevamente preparados, ganar tiempo para poder deshacer su maldición y acabar con ellos.
DÍA 6
Tras la batalla en el Antiguo Campamento de la Brigada de los Páramos, se empezaron las obras para volver a levantar las defensas y arreglar las estructuras dañadas, los enanos Barbaférrea trabajaron duro para ello, mientras que se iniciaron partidas por todo Colinas Pardas de rastreo.
Zhuul con el cuerno de Isen y la calavera en su posesión hablo a los demás de que en el Fiordo Aquilonal, había una Fortaleza de la Alianza donde seguramente tenían archivos los cuales les podrían dar una pista sobre el paradero del ultimo descendiente de Isen para acabar con la maldición de los Kvaldir.
Norteños y sureños del Pacto Áureo, emprendieron una nueva marcha guíados por el espiritu trol que poseía a Rebekka Ravencroft.
El lugar al que se refería Zhuul, recibía el nombre de Fortaleza de la Guardia Oeste, donde la compañia llego sin percance alguno. Uno vez allí se dirigieron a la taberna de aquel asentamiento, para tomar algo tras el viaje. Con la suerte de que una mujer norteña llamada Svalda y que merodeaba frecuentemente por allí se intereso por ellos. Tras varias conversaciones, la compañia le revelo su proposito a la norteña, pidiéndola ayuda, ya que ella conocía donde estaban los registros y archivos de los Hombres del Norte y quien los custodiaba.
Los archivos estaban en una biblioteca dentro del Bastión de la Fortaleza, el cual estaba fuertemente custodiado por soldados de la Alianza, no obstante gracias a Svalda y pese a la reticencia de uno de los guardias, el resto de la compañia pudo acceder a aquel lugar.
Una vez dentro, se dirigieron a la Biblioteca, en ella había varios guardias y un hombre del norte de cabello negro, bien vestido que sostenía una copa de vino y ojeaba uno de los libros. Su nombre era Thorvald Rasmusson, custodio de conocimientos. Svalda les presento a la Compañia y estos les revelaron sus intenciones. Tenían que encontrar al descendiente de Isen para que este tocara el cuerno y deshacer la maldición.
Thorval exigió ver las Reliquias antes de ayudarles a nada, y Zhuul se las enseño abriendo ligeramente la bolsa donde estaban. Thorvald se quedo sorprendido y seguidamente cogió uno de los libros que custodiaba.
En el decía que el ultimo descendiente de Isen era un tal Magnus Iverson, el cual había fallecido cuarenta años atrás sin descendencia alguna y sus restos descansaban junto a la colina escudo.
La compañia recibio dicha noticia como un jarro de agua fría, todos menos Zhuul que se mantenía impasible. Thorvald, les propuso comprar las reliquias dado que ya no tenían razón de ser, alegando que lo que es del norte debe permanecer en el norte bajo custodia, ofreciendo una gran cantidad de oro por ellas.
Zhuul susurro a Garron de que no debian hacerlo y era menester salir de allí cuanto antes. Tras varias negociaciones, la compañia decidio no vender las reliquias, pero antes de marcharse libremente, Thorvald llamo a dos guardias para impedirles el acceso, amenazandoles de que no saldrian de alli con dichas reliquias y que ahora pertenecian al norte. Svalda, que era amiga de Thorvald, intentaba hacer entrar en razón a la compañia para que hicieran caso a la propuesta de Thorvald.
Finalmente Garron con astucia, le dijo a Thorvald que irian con las reliquias a la Colina Escudo para comprabar si estaban allí los restos del descendiente de Isen y que de ser así accederían de buen grado a venderlas. Thorvald acepto el trato, siempre que Svalda les acompañara para asegurarse de que el sureño cumpliria su palabra.
La Compañia logro salir del Bastión de la Fortaleza de la Guardia del Oeste acompañados por la norteña Svalda que les guíaba a la Colina Escudo.
Entre cientos de túmulos Zhuul localizo rápido la del descendiente de Isen e inicio lo que parecia un ritual, dibujando un sigilo en el suelo, entre cánticos trols, estaba invocando el espíritu del descendiente. Svalda se puso en guardia alertada al ver a Rebekka Ravencroft, hablando el idioma trol y cargo contra ella, pero un escudo de energia impedia que el ritual fuera interrumpido.
Ante el asombro de todos los allí presentes, el espiritu del descendiente se manifesto en aquel túmulo.
Una llameante luz de color verde decia ser Magnus Iverson descendiente de Isen, Hosen le pregunto como acabar con la maldición de los Kvaldir, y este les dijo que solo el ultimo descendiente de Isen tocando el cuerno podría hacerlo. Housen dijo a Zhuul que le diera el cuerno, pero el espiritu repuso que en su estado no podría y que además el no era el ultimo descendiente.
¡Hay otro!.- repuso asombrado Garron, a lo que el espiritu contesto que sí. Thorvald les había mentido por alguna razón, Svalda también estaba asombrada, puede que esas reliquias fueran mucho mas de lo que parecian o de lo que decian.
El espiritu revelo de que antes de morir, dejo a su hijo recien nacido bajo la protección de los Colmillar en la isla de Komawa. El espiritu fue desvaneciendose paulatinamente, hasta que Zhuul se hinco de rodillas agotado por la invocación.
Había un último descendiente vivo, la maldición podía acabar con él, asi que con mas raudeza de lo habitual, ayudaron a Zhuul a levantarse y tomaron rumbo a Komawa.
Para llegar desde allí a la isla de los Colmillar, había que descender por el antiguo elevador, una estructura que conectaba con fuertes cuerda el fiordo y que se cruzaban mediante pequeños Drakkar colgantes.
La velocidad de los Drakkar colgantes era realmente supina, Garron dio un salto monumental arriesgando la vida en el ultimo momento por coger el primero que salió de alli junto a Zhuul, ante la mirada de Ronar y Hosen que se quedaron esperando al siguiente.
Finalmente todos llegaron a Komawa, un pequeño asentamiento de los Colmillar, amables comerciantes dedicados principalmente a la pesca. La hospitalidad de los Colmillar era legendaria, tanto es así, que la compañía disfruto un momento de un buen pescado y deliciosa y burbujeante cerveza.
Sin embargo y por mas que preguntaron nadie sabía alli nada sobre el descendiente de Isen, o al menos a todos los que la compañia consulto. No obstante, después de tanto jaleo, nuestros aventureros estaban ya cansados y decidieron alojarse en una gran choza en el poblado.
Allí fueron recibidos amablemente por el ancestro, era el momento de descansar para tener los cinco sentidos en plenas facultades de cara a continuar con su búsqueda.
Tras la batalla en el Antiguo Campamento de la Brigada de los Páramos, se empezaron las obras para volver a levantar las defensas y arreglar las estructuras dañadas, los enanos Barbaférrea trabajaron duro para ello, mientras que se iniciaron partidas por todo Colinas Pardas de rastreo.
Zhuul con el cuerno de Isen y la calavera en su posesión hablo a los demás de que en el Fiordo Aquilonal, había una Fortaleza de la Alianza donde seguramente tenían archivos los cuales les podrían dar una pista sobre el paradero del ultimo descendiente de Isen para acabar con la maldición de los Kvaldir.
Norteños y sureños del Pacto Áureo, emprendieron una nueva marcha guíados por el espiritu trol que poseía a Rebekka Ravencroft.
El lugar al que se refería Zhuul, recibía el nombre de Fortaleza de la Guardia Oeste, donde la compañia llego sin percance alguno. Uno vez allí se dirigieron a la taberna de aquel asentamiento, para tomar algo tras el viaje. Con la suerte de que una mujer norteña llamada Svalda y que merodeaba frecuentemente por allí se intereso por ellos. Tras varias conversaciones, la compañia le revelo su proposito a la norteña, pidiéndola ayuda, ya que ella conocía donde estaban los registros y archivos de los Hombres del Norte y quien los custodiaba.
Los archivos estaban en una biblioteca dentro del Bastión de la Fortaleza, el cual estaba fuertemente custodiado por soldados de la Alianza, no obstante gracias a Svalda y pese a la reticencia de uno de los guardias, el resto de la compañia pudo acceder a aquel lugar.
Una vez dentro, se dirigieron a la Biblioteca, en ella había varios guardias y un hombre del norte de cabello negro, bien vestido que sostenía una copa de vino y ojeaba uno de los libros. Su nombre era Thorvald Rasmusson, custodio de conocimientos. Svalda les presento a la Compañia y estos les revelaron sus intenciones. Tenían que encontrar al descendiente de Isen para que este tocara el cuerno y deshacer la maldición.
Thorval exigió ver las Reliquias antes de ayudarles a nada, y Zhuul se las enseño abriendo ligeramente la bolsa donde estaban. Thorvald se quedo sorprendido y seguidamente cogió uno de los libros que custodiaba.
En el decía que el ultimo descendiente de Isen era un tal Magnus Iverson, el cual había fallecido cuarenta años atrás sin descendencia alguna y sus restos descansaban junto a la colina escudo.
La compañia recibio dicha noticia como un jarro de agua fría, todos menos Zhuul que se mantenía impasible. Thorvald, les propuso comprar las reliquias dado que ya no tenían razón de ser, alegando que lo que es del norte debe permanecer en el norte bajo custodia, ofreciendo una gran cantidad de oro por ellas.
Zhuul susurro a Garron de que no debian hacerlo y era menester salir de allí cuanto antes. Tras varias negociaciones, la compañia decidio no vender las reliquias, pero antes de marcharse libremente, Thorvald llamo a dos guardias para impedirles el acceso, amenazandoles de que no saldrian de alli con dichas reliquias y que ahora pertenecian al norte. Svalda, que era amiga de Thorvald, intentaba hacer entrar en razón a la compañia para que hicieran caso a la propuesta de Thorvald.
Finalmente Garron con astucia, le dijo a Thorvald que irian con las reliquias a la Colina Escudo para comprabar si estaban allí los restos del descendiente de Isen y que de ser así accederían de buen grado a venderlas. Thorvald acepto el trato, siempre que Svalda les acompañara para asegurarse de que el sureño cumpliria su palabra.
La Compañia logro salir del Bastión de la Fortaleza de la Guardia del Oeste acompañados por la norteña Svalda que les guíaba a la Colina Escudo.
Entre cientos de túmulos Zhuul localizo rápido la del descendiente de Isen e inicio lo que parecia un ritual, dibujando un sigilo en el suelo, entre cánticos trols, estaba invocando el espíritu del descendiente. Svalda se puso en guardia alertada al ver a Rebekka Ravencroft, hablando el idioma trol y cargo contra ella, pero un escudo de energia impedia que el ritual fuera interrumpido.
Ante el asombro de todos los allí presentes, el espiritu del descendiente se manifesto en aquel túmulo.
Una llameante luz de color verde decia ser Magnus Iverson descendiente de Isen, Hosen le pregunto como acabar con la maldición de los Kvaldir, y este les dijo que solo el ultimo descendiente de Isen tocando el cuerno podría hacerlo. Housen dijo a Zhuul que le diera el cuerno, pero el espiritu repuso que en su estado no podría y que además el no era el ultimo descendiente.
¡Hay otro!.- repuso asombrado Garron, a lo que el espiritu contesto que sí. Thorvald les había mentido por alguna razón, Svalda también estaba asombrada, puede que esas reliquias fueran mucho mas de lo que parecian o de lo que decian.
El espiritu revelo de que antes de morir, dejo a su hijo recien nacido bajo la protección de los Colmillar en la isla de Komawa. El espiritu fue desvaneciendose paulatinamente, hasta que Zhuul se hinco de rodillas agotado por la invocación.
Había un último descendiente vivo, la maldición podía acabar con él, asi que con mas raudeza de lo habitual, ayudaron a Zhuul a levantarse y tomaron rumbo a Komawa.
Para llegar desde allí a la isla de los Colmillar, había que descender por el antiguo elevador, una estructura que conectaba con fuertes cuerda el fiordo y que se cruzaban mediante pequeños Drakkar colgantes.
La velocidad de los Drakkar colgantes era realmente supina, Garron dio un salto monumental arriesgando la vida en el ultimo momento por coger el primero que salió de alli junto a Zhuul, ante la mirada de Ronar y Hosen que se quedaron esperando al siguiente.
Finalmente todos llegaron a Komawa, un pequeño asentamiento de los Colmillar, amables comerciantes dedicados principalmente a la pesca. La hospitalidad de los Colmillar era legendaria, tanto es así, que la compañía disfruto un momento de un buen pescado y deliciosa y burbujeante cerveza.
Sin embargo y por mas que preguntaron nadie sabía alli nada sobre el descendiente de Isen, o al menos a todos los que la compañia consulto. No obstante, después de tanto jaleo, nuestros aventureros estaban ya cansados y decidieron alojarse en una gran choza en el poblado.
Allí fueron recibidos amablemente por el ancestro, era el momento de descansar para tener los cinco sentidos en plenas facultades de cara a continuar con su búsqueda.
DÍA 7
Reunídos en Komawa la Compañía finalmente consiguió información sobre el descendiente de Isen de manos del Ancestro de la aldea, el cúal no sin antes expulsar a Rebekka de su gran tienda, reveló que Onokmawé, que era el nombre colmillar que le habían dado, estaba en el Puerto Moa'ki.
Antes de partir de Komawa, el ancestro les relato una historia;
Una Morsa y un Carpintero paseaban por la playa una noche en la que el Sol y la Luna eran visibles.
Llegaron a una cama submarina donde anidaban unas ostras, de las cuales, cuatro de ellas fueron invitadas a unirse a ellos. A pesar de la desaprobación de la venerable ostra, muchas más ostras siguieron a las cuatro primeras. Después de pasear por la playa, la Morsa y el Carpintero se revelan como depredadores y devoran a todas las ostras.
Les dijo que si no le encontraban sentido a dicha historia, algún dia lo harían pero que no había tiempo que perder, un gran mal estaba cerca.
A bordo de una enorme tortuga marina, la Compañía navego hasta el Puerto Moa'ki, había que encontrar a Onokmawé y que este tocará el cuerno de Isen para acabar la maldición, la victoria estaba cerca.
Con el trascurso de la travesía marina desde el Fiordo Aquilonal, hasta el Cementerio de Dragones, se hizo la noche. Tiempo después el fuego de las antorchas iluminaba lo que parecía ser el Puerto Moa'ki, el mas importante asentamiento de los Colmillar en Rasganorte.
Tras descender a tierra, la Compañia se dirigió a la Gran Choza del Ancestro de Moa'ki y líder espiritual de los Colmillar. En ella se estaba debatiendo sobre la guerra, la niebla cubría el mar, el asentamiento de Kashala en la Tundra Boreal, estaba siendo atacado, si Kashala caía los Colmillar lo harían también, era imprescindible mandar a todo soldado dispuesto a dar su vida por la supervivencia de la especie, o vencían o serían totalmente aniquilados, en aquella noche todo Colmillar se enfrentaba a su extinción.
La Compañia fue recibida con un silencio entre la algarabía...
- ¡Son ellos! .- decían algunas voces.
- ¡Es la profecía!.- decían otras.
La Compañía se quedo atónita ante el silencio.
El Gran Ancestro de Moa'ki se dirigió a la Compañía explicando su situación, Ronar demandaba mas cerveza, mientras que Jesabela quería saber que era eso de la Profecía y Garron pregunto por Onokmawé, contando a todos los presentes el porque estaban allí, pero el Gran Ancestro ya lo sabía, todo Colmillar presente ya lo sabía, habían venido a por Onokmawé para que este tocara el cuerno de Isen, solo así podrían acabar con los Kvaldir.
La profecía decia que trece guerreros extranjeros vendrían en el momento de más necesidad para acabar con el enemigo e impedir la anquilación total.
La Compañia mostro su perplejidad cuando el Gran Ancestro les dijo que Onokmawé estaba en Kashala luchando junto a los Colmillar para derrotar a los Kvaldir y que era menester de que partieran cuanto antes para enfrentarse a su destino.
Decenas de voluntarios acompañaron a la Compañía que era vitoreada por todo Colmillar como héroes. Aún sorprendidos, mientras que Ronar gozaba de las lides de su recién adquirida popularidad, montaron en otra gran tortuga junto a los soldados de refuerzo Colmillar que iban a enfrentarse a los Kvaldir en Kashala.
La suerte estaba hechada.
Horas después llegaron a las cercanías de Kashala, la niebla se había apoderado de las playas, decenas de Drakkars Kvaldirs la habían tomado, y cientos de Kvaldir descendian de estos, enfrentandose a los defensores Colmillar.
La gran batalla estaba servida, la Compañia trataba de avanzar a duras penas entre Kvaldirs, buscando a Onokmawé, entre el sonido de las lanzas y arpones chocando entre sí, en mitad del caos que la guerra producía.
Garron, Jesabela, Zhuul, Ulf, Hosen, Ronar, Remy, Pinaroth... uno a uno fueron enfrentadose en combate y avanzando como podían contra los Kvaldir, jamás habían afrontando fuerzas tan númerosas. Ni siquiera las trampas de arpones de los Colmillar pudieron detener el avance de los Kvaldir que tenían ordenado no retroceder.
El blanco color de la nieve, iba teñiéndose poco a poco de rojo. Pese a que los Colmillar luchaban bravamente, los Kvaldir parecían irreductibles, cuando unos morian deshaciendose entre algas y demás porquerías marinas, otros ocupaban su lugar, eran incontenibles.
La compañia estaba exhausta, el fragor de la batalla no deparaba nada bueno, los Colmillar que habían acompañado a la Compañia, caían uno tras otro ante la marabunta del terror marino Kvaldir.
Casi al final de la playa un enorme Kvaldir, se estaba enfrentando a varios Hombres del Norte, despedazándolos, se dio a conocer como el Jarl Virgsson "Señor de la Bruma", en su mano derecha un enorme sable y en su mano izquierda otro de los cuernos de Isen, con el cual invocaba la bruma y levanta a los Kvaldir caídos.
Zhuul dijo que si no acababan con el Jarl, Kashala caería, y el resto de Rasganorte detrás como piezas de dominó. Mientras Virgsson estuviera vivo, los Kvaldir serían incontenibles y la batalla estaría perdida.
La Compañia se enfrento al Jarl Virgsson de los Kvaldir, ataque tras ataque, no parecía que hicieran mella en este.
Un gran ultimo batallon de Colmillar, viendo que la compañia era derribada por el Jarl Kvaldir salió en auxilio de estos, pero la ira del Jarl era terrible y no tardo en decapitar uno a uno a los Colmillar, derribando también a varios miembros de la Compañia que observaban preocupados, como el resto de Colmillar retrocedia, mientras los Kvaldir clamaban victoria, pero en un ultimo acto heroíco y en un ataque combinado, Zhuul dio un impacto crítico con su daga en el punto débil del Jarl, partiendo su cuerno en dos, mientras Jesabela cosía al enorme Kvaldir con sus sables y el resto golpeaba con fuerza su cuerpo.En aquel preciso momento, el resultado de la batalla cambio drásticamente, los Colmillar que huían desesperanzados volvieron a la batalla, los Kvaldir sin un líder y sin el apoyo de la bruma, hicieron sus cuernos sonar y en ese momento también una pequeña flota de Drakkar del clan Ravencroft, apareció para dar caza a los Drakkar Kvaldir.
La Compañia había cambiado el destino de Kashala, pero no todo estaba ganado, Onokmawé, habían sido capturado y sin él no habría victoria definitiva. Era el momento de montar sobre uno de los Drakkar Ravencroft y perseguir a los Kvaldir hacía el desembarco de Hrothgar, donde se dirigian.
La Batalla final estaba cerca, vivir o morir no había otro resultado posible y la bruma les esperaba.
Reunídos en Komawa la Compañía finalmente consiguió información sobre el descendiente de Isen de manos del Ancestro de la aldea, el cúal no sin antes expulsar a Rebekka de su gran tienda, reveló que Onokmawé, que era el nombre colmillar que le habían dado, estaba en el Puerto Moa'ki.
Antes de partir de Komawa, el ancestro les relato una historia;
Una Morsa y un Carpintero paseaban por la playa una noche en la que el Sol y la Luna eran visibles.
Llegaron a una cama submarina donde anidaban unas ostras, de las cuales, cuatro de ellas fueron invitadas a unirse a ellos. A pesar de la desaprobación de la venerable ostra, muchas más ostras siguieron a las cuatro primeras. Después de pasear por la playa, la Morsa y el Carpintero se revelan como depredadores y devoran a todas las ostras.
Les dijo que si no le encontraban sentido a dicha historia, algún dia lo harían pero que no había tiempo que perder, un gran mal estaba cerca.
A bordo de una enorme tortuga marina, la Compañía navego hasta el Puerto Moa'ki, había que encontrar a Onokmawé y que este tocará el cuerno de Isen para acabar la maldición, la victoria estaba cerca.
Con el trascurso de la travesía marina desde el Fiordo Aquilonal, hasta el Cementerio de Dragones, se hizo la noche. Tiempo después el fuego de las antorchas iluminaba lo que parecía ser el Puerto Moa'ki, el mas importante asentamiento de los Colmillar en Rasganorte.
Tras descender a tierra, la Compañia se dirigió a la Gran Choza del Ancestro de Moa'ki y líder espiritual de los Colmillar. En ella se estaba debatiendo sobre la guerra, la niebla cubría el mar, el asentamiento de Kashala en la Tundra Boreal, estaba siendo atacado, si Kashala caía los Colmillar lo harían también, era imprescindible mandar a todo soldado dispuesto a dar su vida por la supervivencia de la especie, o vencían o serían totalmente aniquilados, en aquella noche todo Colmillar se enfrentaba a su extinción.
La Compañia fue recibida con un silencio entre la algarabía...
- ¡Son ellos! .- decían algunas voces.
- ¡Es la profecía!.- decían otras.
La Compañía se quedo atónita ante el silencio.
El Gran Ancestro de Moa'ki se dirigió a la Compañía explicando su situación, Ronar demandaba mas cerveza, mientras que Jesabela quería saber que era eso de la Profecía y Garron pregunto por Onokmawé, contando a todos los presentes el porque estaban allí, pero el Gran Ancestro ya lo sabía, todo Colmillar presente ya lo sabía, habían venido a por Onokmawé para que este tocara el cuerno de Isen, solo así podrían acabar con los Kvaldir.
La profecía decia que trece guerreros extranjeros vendrían en el momento de más necesidad para acabar con el enemigo e impedir la anquilación total.
La Compañia mostro su perplejidad cuando el Gran Ancestro les dijo que Onokmawé estaba en Kashala luchando junto a los Colmillar para derrotar a los Kvaldir y que era menester de que partieran cuanto antes para enfrentarse a su destino.
Decenas de voluntarios acompañaron a la Compañía que era vitoreada por todo Colmillar como héroes. Aún sorprendidos, mientras que Ronar gozaba de las lides de su recién adquirida popularidad, montaron en otra gran tortuga junto a los soldados de refuerzo Colmillar que iban a enfrentarse a los Kvaldir en Kashala.
La suerte estaba hechada.
Horas después llegaron a las cercanías de Kashala, la niebla se había apoderado de las playas, decenas de Drakkars Kvaldirs la habían tomado, y cientos de Kvaldir descendian de estos, enfrentandose a los defensores Colmillar.
La gran batalla estaba servida, la Compañia trataba de avanzar a duras penas entre Kvaldirs, buscando a Onokmawé, entre el sonido de las lanzas y arpones chocando entre sí, en mitad del caos que la guerra producía.
Garron, Jesabela, Zhuul, Ulf, Hosen, Ronar, Remy, Pinaroth... uno a uno fueron enfrentadose en combate y avanzando como podían contra los Kvaldir, jamás habían afrontando fuerzas tan númerosas. Ni siquiera las trampas de arpones de los Colmillar pudieron detener el avance de los Kvaldir que tenían ordenado no retroceder.
El blanco color de la nieve, iba teñiéndose poco a poco de rojo. Pese a que los Colmillar luchaban bravamente, los Kvaldir parecían irreductibles, cuando unos morian deshaciendose entre algas y demás porquerías marinas, otros ocupaban su lugar, eran incontenibles.
La compañia estaba exhausta, el fragor de la batalla no deparaba nada bueno, los Colmillar que habían acompañado a la Compañia, caían uno tras otro ante la marabunta del terror marino Kvaldir.
Casi al final de la playa un enorme Kvaldir, se estaba enfrentando a varios Hombres del Norte, despedazándolos, se dio a conocer como el Jarl Virgsson "Señor de la Bruma", en su mano derecha un enorme sable y en su mano izquierda otro de los cuernos de Isen, con el cual invocaba la bruma y levanta a los Kvaldir caídos.
Zhuul dijo que si no acababan con el Jarl, Kashala caería, y el resto de Rasganorte detrás como piezas de dominó. Mientras Virgsson estuviera vivo, los Kvaldir serían incontenibles y la batalla estaría perdida.
La Compañia se enfrento al Jarl Virgsson de los Kvaldir, ataque tras ataque, no parecía que hicieran mella en este.
Un gran ultimo batallon de Colmillar, viendo que la compañia era derribada por el Jarl Kvaldir salió en auxilio de estos, pero la ira del Jarl era terrible y no tardo en decapitar uno a uno a los Colmillar, derribando también a varios miembros de la Compañia que observaban preocupados, como el resto de Colmillar retrocedia, mientras los Kvaldir clamaban victoria, pero en un ultimo acto heroíco y en un ataque combinado, Zhuul dio un impacto crítico con su daga en el punto débil del Jarl, partiendo su cuerno en dos, mientras Jesabela cosía al enorme Kvaldir con sus sables y el resto golpeaba con fuerza su cuerpo.En aquel preciso momento, el resultado de la batalla cambio drásticamente, los Colmillar que huían desesperanzados volvieron a la batalla, los Kvaldir sin un líder y sin el apoyo de la bruma, hicieron sus cuernos sonar y en ese momento también una pequeña flota de Drakkar del clan Ravencroft, apareció para dar caza a los Drakkar Kvaldir.
La Compañia había cambiado el destino de Kashala, pero no todo estaba ganado, Onokmawé, habían sido capturado y sin él no habría victoria definitiva. Era el momento de montar sobre uno de los Drakkar Ravencroft y perseguir a los Kvaldir hacía el desembarco de Hrothgar, donde se dirigian.
La Batalla final estaba cerca, vivir o morir no había otro resultado posible y la bruma les esperaba.
DÍA 8
La compañía a bordo de uno de los drakkar Ravencroft persiguió hacia el norte a los barcos kvaldir, hasta llegar al mar del norte entre el Glaciar de Corona de Hielo y el Desembarco de Hrothgar. La espesa bruma no presagiaba nada bueno y pese a la destreza de los hombres del norte como marineros los Kvaldir habían desaparecido en el horizonte.
La flota Ravencroft, comenzo a rastrear la bruma, el barco de la compañia se dirigia cauto al norte hasta que varias barcazas kvaldir se interpusieron a su paso... ¡Era una trampa!, una inmensa flota de barcos Kvaldir se interponian en alta mar, encabezados por el Kraken, contra los hombres del norte y sus aliados.
Varios drakkar Ravencroft fueron destruidos, las arponeras en ebullición calentaban las gélidas aguas de aquel paraje. Jesabela se puso al mando del drakkar de la compañia, mientras los norteños reparaban y preparaban las amarras, Pinaroth, Hosen, Ronar y los demás tomaron las arponeras a babor y estribor, en la popa y en la proa.
Estaban rodeados, Jesabela decidio que para romper el bloqueo habia que poner a prueba la fortaleza del Drakkar, asi que cargo contra una de las barcazas kvaldir hundiéndola mientras las demás se hundían por la habilidad demostrada de los arponeros de la compañia, pues no habían llegado tan lejos para morir enterrados en las profundidades del mar helado.
Fue entonces cuando el Kraken se hizo presente, una enorme embarcación, la mas grande que ha surcado mar alguno, empequeñecía el drakkar de la compañia, la cual comprendio que esa era una batalla inútil de ganar exponiendo el casco del drakkar.
En un halo de coraje o mas bien de locura, o quizas de ambas cosas, se estrellaron contra el Kraken, hundiendo su embarcación pero pudiendo abordarlo, sin haber hecho mella alguna en su casco.
El Kraken estaba gobernado por cientos de Kvaldir, y su capitán Ojo Negro ordeno acabar con los asaltantes, que se vieron mermados rapidamente hasta quedar rodeados.
Zhuul, Jesabela, Ronar, Pinaroth, Hosen... todos ellos se miraron con complicidad, Ronar dijo que había sido un honor luchar al lado de todos ellos y en ese momento, aparecio el Cuervo Negro, el Drakkar del Jarl Alban Ravencroft, para ayudar a la compañia sorprendiendo a los Kvaldir y asaltando tambien el Kraken.
El combate fue feroz, pero el coraje se impuso y Ojo Negro junto a todos sus esbirros fueron pasto de las algas. La compañia habia cazado al Kraken.
Antes de morir, Ojo Negro reveló a todos que era inútil, que el descendiente de Isen ya estaba en el desembarco de Hrothgar y sería sacrificado para que Isen volviera a la vida, y con el toque de su cuerno los Kvaldir volverían a levantar una y otra vez, hasta apoderarse del norte.
- ¡Yo no lo creo!.- replicaba Hosen, dándole el golpe de gracia a Ojo Negro, el cual moria con una siniestra sonrisa en su rostro.
Alban aseguro la zona, pero no podían esperar. La compañia se dirigio a Horthgar, enfrentándose a los Kvaldir que salian a su paso, mientras que desde la montaña se escuchaban los cánticos previos a la ceremonia del resurgir de Isen.
Ahora cientos de Kvaldir se interponian entre la compañia y Onokmawe, el resto de clanes de los hombres del norte tambien llegaron al Desembarco de Hrothgar; Ravencroft, Hardrada, Valdrada, Solskjaer, etc... todos allanaron el camino de la compañia hacia la cima del monte Hrothgar.
Extasiados pero no rendidos, un hechicero Kvaldir aguardo la llegada de la compañia para disfrutar de la llegada de Isen. La compañia fue rodeada, Onokmawe se postraba de rodillas junto al hechicero.
- Habéis llegado muy lejos.- dijo en la lengua de los hombres del norte.- pero vuestro sacrificio ha sido en vano, Isen vuelve a nosotros, y los Kvaldir reclamaremos el norte.
El hechicero hendió su hoja rúnica en el pecho de Onokmawé, mientras la compañia trataba de impedir que el ritual se completara. Golpeados, aturdidos y derribados, contemplaron como el espectro de Isen manaba de la sangre de Onokmawé, mientras el hechicero y los demás Kvaldir entraban en extasís...
Fué entonces cuando Zhuul, que habia poseido el cuerpo de Rebekka Ravencroft, mostro su verdadera naturaleza y poder, derribando a todos los Kvaldir, y paralizando al hechicero con un extraño cántico trol... sin pensarselo dos veces, Jesabela agarro sus dagas que portaba a su espalda y las hendió en el pecho del hechicero rasgándole entre gritos de dolor, hasta que fue musgo y nieve. El cuerno de Isen, se desplomo contra la nieve y fue recogido por Zhuul, el ritual no había sido completado. Los Kvaldir y la bruma se evaporaron.
Los Hombres del Norte, clamaban victoria. Los miembros de la compañia se felicitaban unos a otros. Zhuul prometio custodiar con su espiritu el cuerno de Isen y devolver a Rebekka su espiritu.
Los Jarl del Norte, recompensaron a los héroes y el Kraken fue llevado a Valgarde como botín de guerra.
La Taberna de Valgarde, vibraba al ritmo de las canciones de los norteños, los rugidos y gritos de victoria, el chocar de las cervezas y las historias de como los heroes del sur habian salvado el norte.
Rebekka volvio poco tiempo después... no recordaba nada de lo ocurrido tras su posesión. El cuerno de Isen, estaba oculto en Zeb'halak, donde el fuego custodio del espiritu de Zhuul lo guardaría para siempre... ¿o no?
La compañía a bordo de uno de los drakkar Ravencroft persiguió hacia el norte a los barcos kvaldir, hasta llegar al mar del norte entre el Glaciar de Corona de Hielo y el Desembarco de Hrothgar. La espesa bruma no presagiaba nada bueno y pese a la destreza de los hombres del norte como marineros los Kvaldir habían desaparecido en el horizonte.
La flota Ravencroft, comenzo a rastrear la bruma, el barco de la compañia se dirigia cauto al norte hasta que varias barcazas kvaldir se interpusieron a su paso... ¡Era una trampa!, una inmensa flota de barcos Kvaldir se interponian en alta mar, encabezados por el Kraken, contra los hombres del norte y sus aliados.
Varios drakkar Ravencroft fueron destruidos, las arponeras en ebullición calentaban las gélidas aguas de aquel paraje. Jesabela se puso al mando del drakkar de la compañia, mientras los norteños reparaban y preparaban las amarras, Pinaroth, Hosen, Ronar y los demás tomaron las arponeras a babor y estribor, en la popa y en la proa.
Estaban rodeados, Jesabela decidio que para romper el bloqueo habia que poner a prueba la fortaleza del Drakkar, asi que cargo contra una de las barcazas kvaldir hundiéndola mientras las demás se hundían por la habilidad demostrada de los arponeros de la compañia, pues no habían llegado tan lejos para morir enterrados en las profundidades del mar helado.
Fue entonces cuando el Kraken se hizo presente, una enorme embarcación, la mas grande que ha surcado mar alguno, empequeñecía el drakkar de la compañia, la cual comprendio que esa era una batalla inútil de ganar exponiendo el casco del drakkar.
En un halo de coraje o mas bien de locura, o quizas de ambas cosas, se estrellaron contra el Kraken, hundiendo su embarcación pero pudiendo abordarlo, sin haber hecho mella alguna en su casco.
El Kraken estaba gobernado por cientos de Kvaldir, y su capitán Ojo Negro ordeno acabar con los asaltantes, que se vieron mermados rapidamente hasta quedar rodeados.
Zhuul, Jesabela, Ronar, Pinaroth, Hosen... todos ellos se miraron con complicidad, Ronar dijo que había sido un honor luchar al lado de todos ellos y en ese momento, aparecio el Cuervo Negro, el Drakkar del Jarl Alban Ravencroft, para ayudar a la compañia sorprendiendo a los Kvaldir y asaltando tambien el Kraken.
El combate fue feroz, pero el coraje se impuso y Ojo Negro junto a todos sus esbirros fueron pasto de las algas. La compañia habia cazado al Kraken.
Antes de morir, Ojo Negro reveló a todos que era inútil, que el descendiente de Isen ya estaba en el desembarco de Hrothgar y sería sacrificado para que Isen volviera a la vida, y con el toque de su cuerno los Kvaldir volverían a levantar una y otra vez, hasta apoderarse del norte.
- ¡Yo no lo creo!.- replicaba Hosen, dándole el golpe de gracia a Ojo Negro, el cual moria con una siniestra sonrisa en su rostro.
Alban aseguro la zona, pero no podían esperar. La compañia se dirigio a Horthgar, enfrentándose a los Kvaldir que salian a su paso, mientras que desde la montaña se escuchaban los cánticos previos a la ceremonia del resurgir de Isen.
Ahora cientos de Kvaldir se interponian entre la compañia y Onokmawe, el resto de clanes de los hombres del norte tambien llegaron al Desembarco de Hrothgar; Ravencroft, Hardrada, Valdrada, Solskjaer, etc... todos allanaron el camino de la compañia hacia la cima del monte Hrothgar.
Extasiados pero no rendidos, un hechicero Kvaldir aguardo la llegada de la compañia para disfrutar de la llegada de Isen. La compañia fue rodeada, Onokmawe se postraba de rodillas junto al hechicero.
- Habéis llegado muy lejos.- dijo en la lengua de los hombres del norte.- pero vuestro sacrificio ha sido en vano, Isen vuelve a nosotros, y los Kvaldir reclamaremos el norte.
El hechicero hendió su hoja rúnica en el pecho de Onokmawé, mientras la compañia trataba de impedir que el ritual se completara. Golpeados, aturdidos y derribados, contemplaron como el espectro de Isen manaba de la sangre de Onokmawé, mientras el hechicero y los demás Kvaldir entraban en extasís...
Fué entonces cuando Zhuul, que habia poseido el cuerpo de Rebekka Ravencroft, mostro su verdadera naturaleza y poder, derribando a todos los Kvaldir, y paralizando al hechicero con un extraño cántico trol... sin pensarselo dos veces, Jesabela agarro sus dagas que portaba a su espalda y las hendió en el pecho del hechicero rasgándole entre gritos de dolor, hasta que fue musgo y nieve. El cuerno de Isen, se desplomo contra la nieve y fue recogido por Zhuul, el ritual no había sido completado. Los Kvaldir y la bruma se evaporaron.
Los Hombres del Norte, clamaban victoria. Los miembros de la compañia se felicitaban unos a otros. Zhuul prometio custodiar con su espiritu el cuerno de Isen y devolver a Rebekka su espiritu.
Los Jarl del Norte, recompensaron a los héroes y el Kraken fue llevado a Valgarde como botín de guerra.
La Taberna de Valgarde, vibraba al ritmo de las canciones de los norteños, los rugidos y gritos de victoria, el chocar de las cervezas y las historias de como los heroes del sur habian salvado el norte.
Rebekka volvio poco tiempo después... no recordaba nada de lo ocurrido tras su posesión. El cuerno de Isen, estaba oculto en Zeb'halak, donde el fuego custodio del espiritu de Zhuul lo guardaría para siempre... ¿o no?